
Y la mudez invade mi garganta
tantas cosas por decir.
La necesidad de hablar
me hace callar…
Las palabras quiero escupir,
pero no escupir por escupir,
sino darle una definición
que la interpretes vos,
en el criterio que quiero yo.
Pero solo dije Adiós…
Y me fui…
Me fui escapando de una realidad
que exponía los sentimientos
de diferente manera…
para mal porque no supe decir
¡Basta! en el momento que convenía
pero para bien, porque aprendí
que con el silencio se puede hablar.
Subastado ante una ideología
no adaptada para mí,
a sensaciones de las cuales no estaba preparado
a un juego, que no entendí nunca las reglas.
Y aun así… con la tranquilidad que siento
igualmente sigo sin entender…
Y cuestiono muchos por qué,
tendría que aprender a cuestionar
el para qué…
Para ver desde otra perspectiva
de otra que no lastime tanto
que no duela como las lagrimas
que no quieren caer…
las peores…
Dije lo que tenia que decir
calle lo que tenia que callar
y hoy me arrepiento…
pero no intentare nuevamente
querer hablar…
Total…
la espalda ya esta dada vuelta…
y no existió mejor razón
o mejor tregua…
al decir Adiós.
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