jueves, 30 de abril de 2009

Puntualidad. Por Noelia.

Cosas hechas por amor, ¿Amor a qué?. Amor a matar la impaciencia de los minutos que no pasan, y cuando ya es la hora, la esperanza de haber visto mal las agujas tan chiquitas, la idea de una posibilidad que justifique la angustia de un corazón que desojó todas las margaritas y se quedó con el tallo y con el centro de la flor, sin ningún pétalo, pero todavía con mucho tiempo más por delante.

Un corazón abrumado, que intenta buscar desde los lugares más recónditos, las fuerzas para sonreir, y la encuentra, pero detrás de esa fuerza, le queda el ramo sin flores en el pecho, clavado crudamente para el resto de la esperanza dislocada, perdida, desorientada, ofuscada, estacada.

Si no es amor lo que moviliza desde la punta del pelo hasta el estómago ¿Qué es? Yo creo que si... Trae tantas cosas aparejadas, que por momentos siento perder el sentido, los motivos y me quedo boquiabierta viendo volar pajaritos colgada de alguna rama pensando que la vida es vivir, y no vivir pensando en lo que va a llegar, aunque vivo y pienso en llegar a verme vivir a tu lado con mi corazón y su ramo de tallos, clavado en el el centro... Por lo menos traeme una margarita, para que pueda entretener al tiempo!

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sábado, 25 de abril de 2009

En el tiempo del querer por Paula y Lisandro

En el tiempo del querer
Introducción:
De una charla virtual entre colegas escritores, surgió el proyecto de realizar una coproducción poética (por el mero gusto de compartir).
De un tema en común, un sentimiento individual y perspectivas diferentes esto fue lo que salió. Ojala que les guste tanto como a nosotros:
Paula Olivieri http://paulaolivieri.blogspot.com/
Lisandro Penazzo http://literariokapasulino.blogspot.com/


En el tiempo del querer

En el tiempo del querer
la brisa huele a rosas,
es aroma de amantes,
de color sagrado y prosas.
Nos embriaga la alegría,
somos dueños de los días.

En el tiempo del querer
los sueños florecidos
se plantan en los campos
que no seca el olvido.
Las ilusiones alcanzamos
lo deseado es cumplido.

En el tiempo del querer
revolotean mariposas,
se nos meten en el vientre intrépidas
y escapan por los ojos inquietas,
como fuego de miradas…
hechizando hermosas.

En el tiempo del querer
un sol de amanecer
nos invita a imaginar
olvidándonos del ayer…
Y las estrellas al brillar
nos enseñan a crecer.

En el tiempo del querer
cruzan cientos de momentos,
ya se han vuelto pensamientos
realidades y destinos.
Ejercemos largos viajes
sin andar por los caminos.

En el tiempo del querer
se escucha el canto divino,
son canciones picarescas,
inocencias de los niños.
Y así bailan las esperanzas
en una pista de platino.

En el tiempo del querer
nos sentimos vencedores,
adiestramos nuestras almas,
conversando corazones.
Ahondamos en los ánimos
como notas de canciones.

En el tiempo del querer
no existen las elegías
ni frustrados sentimientos
que entristecen a la vida,
existen solo versos
que deleitan las poesías.
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martes, 21 de abril de 2009

EL SECUESTRO DE NADIA por Carla.

Mi nombre es Nadia, y hoy quiero contar la historia de mi secuestro:
Un día como cualquier otro, estaba en la casa de mi novio Mauro, de pronto suena su telefono. Lo atiende, me dice que es de mi casa. Veo su cara transformarse, después ríe nerviosamente. Le oigo decir palabas como: ¿Qué? No puede ser. Esta acá, conmigo. Si, claro. No. Llame a la policía por las dudas.
De a poco me levanto de mi asiento, preocupada. Mauro me dice que quien hablo era mi madre. Le dijo que la llamaron para pedirle plata diciendo que me habían secuestrado.


Me inundó una sensación de inseguridad, de miedo, le pedí que él también llamara a la policía. Me aterraba la idea de que alguien me estuviera observando… que ese llamado se hiciera realidad.
Enseguida llega la policía, sentí alivio, suspiré, sonreí. Pasaron a la casa de Mauro, eran tres. Les explicamos rápidamente lo que había pasado. Mauro también hablaba, nuestras palabras se cruzaban, completábamos nuestras frases. Uno de los policías me pide que lo acompañe a hacer la denuncia, tomo mi bolso y camino hacia adelante. Veo a Mauro realizar tres pasos, pero uno de los oficiales lo detiene, le dice que el no puede venir. Sentí escalofríos, un mal augurio. Miro a mi novio desesperada cuando siento la mano del policía apretándome el brazo. Veo a Mauro caer.
A partir de ese momento solo tengo flashes en mi memoria, pequeños recuerdos, ráfagas: Forcejeo con los supuestos policías, gritos, una capucha cubre mi rostro. Flash. Estoy dentro de un auto. Flash. Me encuentro en una habitación oscura, llorando. Último flash.
Abrí de a poco los ojos. Desperté en una habitación de hospital. Lloré de felicidad. No entendía bien que había pasado, solo recordaba esos malditos flashes. Pero me daba cuenta que lo peor ya había pasado, que estaba segura, que estaba bien.
Vi a una enfermera que me miraba con asombro, abrió los ojos grandes… y llama al médico. A partir de ahí me hacen varios estudios, análisis, yo solo quería ver a mis padres, a mi novio.
Cuando culminan los exámenes me dicen que ya puedo recibir visitas. Se abrió la puerta y vi a una mujer acercándose. En ese momento pensé que era igual a mi madre… pero no podía ser ella… Me saluda, me besa, me abraza, llora…
La miré, la miré bien… y era ella, toque su cara y le pregunté que había pasado, porque sus cabellos eran blancos…
Sentí tanta angustia, no podía creer… pensé que todavía estaba en shock, pero no.
Con los días, y con una psicóloga presente, me fueron explicando que el día que intentaban liberarme de mis secuestradores hubo una persecución, que termino en un choque. Había estado en coma. Había estado veinte años en coma…
Me fui enterando que mi padre había muerto, que mi sobrino se había graduado, y que mi novio se había casado. Me contaron que el estuvo cinco años esperándome, pero perdió las esperanzas y decidió continuar con su vida. No lo culpo…
Hoy, un año después de mi despertar, sigo en shock, sigo paralizada. Lo que siento es que no me secuestraron a mí, a Nadia, secuestraron mi vida. Todos los días me levanto y salgo a buscarla, la busco desesperada sin encontrarla… Por favor, si alguien la ve, que me avise, se los agradeceré.



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sábado, 18 de abril de 2009

LLEGAMOS A LAS 10.000!!!

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jueves, 16 de abril de 2009

TALLER ABIERTO ABRIL

Como todos ya saben, el taller abierto es un espacio, en el que una vez por mes publicamos el trabajo de las personas que visitan nuestro blog y nos envian un texto de su autoria. Hoy le toca a Abril.
En este mes hemos elegido los textos de Norma Ruiz y de Paola (conocida como Duquesa de Katmandu).
Norma Ruiz es de Rosario, Argentina. Asiste a un taller literario en la biblioteca argentina, nos cuenta que le gusta compartir lo que escribe y nos envia su poema "A mi madre".
Paola es una amiga de la casa. Es de Buenos Aires, Argentina. Tiene un blog literario muy interesante que invitamos a visitar es: Katmandu y nos regala su cuento "Doctus cum libro".
Para leer los textos has click en "Leer mas"


A MI MADRE, por Norma Ruiz.
la luna ha envejecido tús cabellos
el negro carbón, se ha desteñido
frágil es el cuerpo
los años pesan...
te debilitas en cada suspiro
las experiencias se guardarón en los surcos de tú frente
rostro pequeño, tallado en el dolor
todavía tienes impreso la cicatriz en el vientre, envuelta en pliegues de piel.
las manos son todavía mi esperanza...
cúantas veces te digo al oído que te quiero
plena, has conseguido el justo equilibrio ABRIL
vida, muerte
sólo se trata de eso
a veces quisiera que fueras como el árbol
para podar sus ramas viejas
luna mezquina, me robaste el alba
dejándome desnuda
y.... la puerta abierta
añoche soñaste con él
te abrazaba
pero, yo le hablé,
dale tiempo.....




DOCTUS CUM LIBRO por Paola(Duquesa de Katmandu)

Oxímedes Cartapesta había sido un niño precoz. Sus primeras palabras pronunciadas claramente y sin titubeos (su nombre y apellido y dirección con código postal), llegaron a los oídos de su madre a la tierna edad de un año.
A los cuatro, mientras la maestra de la Salita Celeste dirigía la batuta al son de “Manuelita la tortuga” (la que vivía en Pehuajó pero un día se marchó), el infante sorprendió a todos sus compañeritos, dejándolos con la mandíbula caída y temblorosa (para siempre, en el caso de Don Pascual, a la sazón, portero del establecimiento educativo, cuya edad avanzada y poca oxigenación cerebral se combinaron de mala manera al observar la escena de alto voltaje cognitivo). Oxímedes levantó la mano y pidió la palabra para recitar el primer soneto (inédito) de su autoría, intitulado “Las tortugas son quelonios”.

Con el tiempo, aquella envidiable facilidad para combinar palabras al ritmo de su palpitante sentir, se fue transformando en una pasión descontrolada por el acopio, acuñamiento y archivo palabreril y lexical (con picos de lectura y producción editorial durante la fase de cuarto creciente).
Era capaz de reproducir al dedillo, con los ojos cerrados y haciendo la vertical, el 99% de las definiciones contenidas en esos libros abultados, de tapa dura (o blanda) que suelen ilustrar con imágenes el qué quiere decir qué.

Al culminar séptimo grado, hallóse sin amigos con quien compartir su afición por las palabras cruzadas, el scrabble, el ahorcado y el tutti-frutti. Les ganaba invariablemente, enrostrándoles su éxito con el “baile de las palabras mudas”, su último invento (un conjunto de movimientos corporales ejecutados con la boca cerrada, en el que utilizando el lenguaje de señas, se burlaba olímpicamente de sus oponentes).

Su adolescencia transcurrió, pletórica y rebosante de descubrimientos, palpitaciones y sueños húmedos. Se sentía feliz y satisfecho entre las páginas lustrosas del DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, EL PEQUEÑO LAROUSSE ILUSTRADO, PATORUZÚ, LA ENCICLOPEDIA (Diderot y D´Alembert) y la ENCICLOPEDIA BRITÁNICA.

Todo marchaba viento en popa hasta que la desgracia llamó a su puerta. Y Oxímedes respondió.
Un falso vendedor de licuadoras y antiguo compañero de banco de cuarto grado, llamado Kuaing Chan aprovechó la mala memoria fotográfica de Oxímedes e ingresó a su templo del saber con la excusa de mostrarle las últimas maravillas en electrodomésticos.
Kuaing jamás había podido recuperarse del trauma conocido como "burlado por escasez de vocabulario o economía lingüística”.
Mientras Oxímedes leía absorto el manual de uso de la licuadora XXY, Kuaing sintió una necesidad apremiante de aplicarle una soberana paliza justiciera. Y movido con la fuerza de la erupción del Vesubio, le asestó un golpe certero en el peroné de la pierna derecha, con el artefacto que se utiliza para triturar frutas (de última generación). Remató, con baba de satisfacción deslizándose por las comisuras, y los ojos en blanco, con un toque de gracia propinado justo en el contenedor craneano del archivo mental de nuestro protagonista.

Según los dichos del nieto de Don Pascual (acusado de autor intelectual y cómplice de Kuaing), las últimas palabras de Oxímedes fueron “sic” (San Isidro Club).




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lunes, 13 de abril de 2009

VICIOS, ESCLAVO Y AHOGO por Susana

VICIOS

En el vicio de llorar por tu abandono
hundo el día que de gris casi es de plomo.

Por el vicio de lamerme las heridas
si no sangro hoy, ya no sé que haría.

No me acuerdo de tu vos, ni de tu risa,
y éste vicio de añorar en mi agoniza.
Busco urgente un dolor con nueva pena
para el vicio de berrear que me sustenta.


ESCLAVO

No estoy sin ti, sino en tu cuerpo…
Yo no camino, voy tras tus pasos…
No es aire el mío, sino tú aliento…
Y el rumbo fijo es tras tu rastro…

No miro el sol, miro tus ojos…
No se escuchar si no me nombras…
No quema el fuego como tus manos.
No hablo de amor…soy un esclavo.



AHOGO.

Me cuesta respirar
En este mundo.
Me cuesta por el asma,
El cigarrillo…
Y por ésta perdición
Que si no te miro,
Yo simplemente
No respiro.

Me cuesta respirar
Cuando me miras,
Se para el corazón
Que me sostiene.
No tengo mas que amor
Para ofrecerte!...

Me ahogo de pensar…
No es suficiente.



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sábado, 4 de abril de 2009

El Limpiavidrios.

Un poco de cordura no nos hará mal… después de tanta locura solitaria, acompañada y escoltada… no me va a hacer mal…

necesito saber
necesito ser,
necesito sentir,
necesito respirar,
necesito olvidar,
necesito recordar,
necesito detalles,
necesito una pintura en acuarelas,
necesito palabras que suenen fuerte,
necesito susurros al oído,
necesito esperanzas que vengan de a poco,
necesito una ráfaga de viento que me despeine los minutos frente al espejo,
necesito un abrigo para el cuerpo helado,
necesito tu calor para poder seguir sintiéndome viva,
necesito una vida,
necesito leer para acordarme que tengo la mía,
necesito ver lo hermoso,
necesito ojos nuevos por que los que tengo están empañados,
necesito limpiavidrios para ellos, no para la mesa del comedor de casa,
necesito rescatar lo que tengo,
necesito dejar de pensar en aquello que anhelo,
necesito borrar las angustias y las lágrimas, con el limpiavidrios,
necesito él limpiavidrios,
necesito algún otro producto que me sirva,
necesito a alguien que me recomiende un producto para la soledad,
necesito a alguien que ya lo haya usado,
necesito que alguien me ayude,
necesito que me ayuden,
necesito no necesitar ayuda,
pero a la vez no quiero ir a comprarlo sola, no quiero ir yo, no quiero ir y que me digan… ¿Para qué lo quiere? Porque no sabría que contestar sin abrumar.
necesito decir algo para no dejar el alma al desnudo, para borrar la incertidumbre de mi ser, para borrar el mensaje de este poema, para tratar explicarlo otra vez
necesito no decir nada,
y por esta vez, creo no tener que decir nada más.
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