lunes, 17 de enero de 2011

La busqueda del Conakry por Ivan

Esta historia tiene su origen en el cuento: “El Conakry” (Clic Aquí) para lograr un entendimiento de la trama


4- Los últimos meses

Es irónico extrañar un ciclo que te consumió la vida. Siempre peso sobre mí: sentirse la persona más intrascendente de la historia humana. Una vida familiar inexistente, solo tuve una madre, quien se vino a vivir de un océano a otro, con solo con una valija y un feto en el vientre, negándose a abrir la boca cuando preguntaban de su pasado. ¿Sería yo tal vez el último vestigio del linaje menos considerado de la historia? .No vale la pena pensar en cosas tan tristes. Mi vida laboral tampoco nunca me ayudo a sentirme importante ni por un segundo. Ni siquiera me sentí necesario cuando venia el Conakry.
Este tipo de angustia que me dejaba estático el pulso, empezó a acecharme cuando entendí que debía jubilarme pronto. ¿Que haría un hombre muy maduro que nada sabia hacer salvo usar una linterna? ¿Adonde iría si no más que una casa de madera en la ladera? ¿Cómo podría recorrer el mundo con una mísera pensión? ¿Cómo evitaría sentirme cada vez más triste?
La última noche de trabajo, fui a “ocupar” mi lugar, no salí a patrullar, nunca nada había pasado en cuarenta y cinco años, si pasaba ese día sería un suceso. En lugar de hablar quince minutos con el portero Yuri, mi único amigo, me pasé hablando toda la noche, sentado en su cabina tomando café al resguardo del crudo invierno.
Le conté lo que venia sintiendo en esos últimos meses. Me miró sorprendido. Estiró su mano sobre mi hombro y me dijo: -Usted debe ser la única persona que ve al fantasma humeante del puerto.-
-Pero nunca supe si es verdad, es muy probable que sea un timo de mi imaginación.-
-Yo le creo. No importa el motivo, pero yo le creo.-


5 – La linterna

Mis primeros días de jubilado siguieron los hábitos de cuatro décadas de trabajo, de a poco fui conociendo las mañanas en las cuales antes dormía, pero nunca sentí que fuera lo mío. Siempre fui una persona solitaria, casi no sabia interactuar en un grupo.
Me volví a las noches, mi vida estaba encausada así, no quería retar al destino, era muy viejo para eso. Patrullé azarosamente las calles por las noches, sin ver más que zorros revolviendo desperdicios.
Un día me topé con la entrada al puerto, allí estaba Yuri. Me le acerqué y nos saludamos con un abrazo; me contó que ya no había sereno, solo estaba Él de noche para cuidar todo.
-Se extrañan las conversaciones contigo. Ya sabes que tienes invitación vitalicia a tomar café- me dijo.
Me sentí feliz, por primera vez en años, volví siempre que el clima y el casi septuagenario ánimo lo permitieron. A veces íbamos con Yuri a hacer un recorrido por los muelles.
Fingía revisar mis palangres cuando en realidad iba a esperar al capitán y su barco que con su luz develaba al fantasma de los muelles. Nunca habría aprovechado la oportunidad, pero pasaban los años, los veranos se enfriaban en otoños y me credibilidad se hacía añicos.
Una vez, mientras caminábamos dije: -Hoy es el equinoccio.-
Yuri me miró y me dijo: - Se va otro verano sin ver el Conakry.-
-Me tiene preocupado.-
-No creo que haya existido. Tal vez es cierto que haya sido tu imaginación.- Dijo cuidando de no ofenderme.
-Yo juro que no sé si el vapor que se hace hombre es humano. Pero el Conakry… Yo mismo he saltado sobre su cubierta, yo mismo le amarré cada vez que vino en los últimos veinte años.-
-Yo nunca lo vi.-
-Podemos ver el registro.- Sugerí


6 – Pagina 8

Luego de limpiarnos los pies, entramos descalzos a la oficina, soportando el frío a toda costa, con la linterna nos guiamos entre los escritorios.
-Cuidémonos de tocar solo lo necesario.- Dijo Yuri.
Asentí con mi cabeza, revisamos con cuidado cada registro en los últimos años, todo ver que nunca había sido escrita la palabra: Conakry, nunca un barco había atracado de noche. Y por mas que insistiera hurgando cuanto papel hubiese archivado allí, jamás ocurrió que un determinado barco viniese exclusivamente en finales de verano, rechazando la posibilidad de que este cambiara de nombre.
Con Yuri aburrido, busqué sin compañía primero en los barcos de origen africano, después en los de poco calado, me arriesgue en buscando en los pesqueros, pues tenia aspecto de serlo.
La situación era extraña, ¿realmente era un fabulador? ¿No tenia otra cosa que hacer en la vida mas que llamar la atención con historias fantásticas a mi único amigo? Estaba desahuciado.
Me senté en el suelo, ya no me importaba el frío.
Yuri me miró y me dijo: -Toma… lee el diario.- y doblado por la mitad me lo arrojó con sutileza.
-Pagina 8.- dijo
Leí la noticia: “El puerto de la ciudad generará diez nuevos puestos de trabajo”.
La noticia hablaba de una inversión del estado en ampliar el puerto, la seguí leyendo como si nada la popularmente aclamada noticia hasta el siguiente segmento: “Dentro de los puestos generados, seis serán estibadores, dos aprendices mecánicos navales, un buzo táctico y un sereno; Estos dos últimos son puestos con los que nunca se contó personal.”
Leí la noticia una vez mas, mi amigo revisaba los archivos de otra oficina, me levanté y le dije a Yuri:-¿Cómo que aquí nunca hubo sereno?
-Tu nombre no aparece en los registros.- Me dijo mirándome con sorpresa.



NdeA: El relato de esta extraña vivencia concluye en el texto "El viaje en el Conakry"

6 comentarios:

Carla Kowalski dijo...

Noooooooooooooooooooo. porque nos dejas con tanta intriga!!!!
NO te puedo creer! Que imaginación que tenés.
Es increíble esta segunda parte, e igual que en la primera, el último capitulo nos deja en suspenso y queriendo saber mas!!!

Julia Ester Cerles dijo...

Hace tiempo que quiero escribirte pero me cuesta mucho,tampoco leo los trabajos de ustedes,si entras a mi blog vas a saber por que.
Cariños

SIL dijo...

// ¿ Sería yo tal vez el último vestigio del linaje menos considerado de la historia? //

Uy!
Hay fantasmas que sólo pueden ser vistos por otros fantasmas...
Es sólo una teoría.
¨El viaje en el Conakry¨me dirá si ando o no acertada.

Un abrazo a la kapa- tropa

SIL

Iván dijo...

gracias Carly y Sil por la buena onda, me alegro que les haya gustado

Julia ester no uses el blog para hacer spam

Maria Susana dijo...

Bueno, no es justo, ahora si me voy a tu casa y ahí me quedo hasta que me digas como sigue esto....(amenaza????) siiii amenaza. Está muy atrapan te éste cuento Iván. Me gusta.Y esto de que lo largues en cuotas hasta es parte de la misma trama de suspenso.
Resignación, a esperar entonces.
Un abrazo.

Mariluz GH dijo...

Aaaahhh pero bueno... el amigo Yuri ¿no le veía cada noche hacer su trabajo?... ¡muy bueno Ivan!... no tardes en darnos el viaje ¿vale?

Me encanta como vas llevando la narración :)

abrazo