jueves, 18 de marzo de 2010

NO VA A LLOVER HASTA OCTUBRE (parte1) por Iván

Ante todo aclaro que este cuento sera publicado en dos partes, esta es la primera, la segunda vendrá en quince o veinte días. Si les interesa la nefasta historia de este cuento de humor negro, les puedo enviar un mail cuando salga la segunda parte.
Les aclaro que me hubiese gustado ser mas expresivo y descriptivo pero se estiraba en demasía. Y como se dice: Espero les haya gustado y vuelvan por mas.

El último disparo (1era parte)
Yo sostuve siempre que en una batalla nadie recuerda quien disparó la última bala.
El olor a pólvora desaparece siempre antes de que aparezca el olor a carne podrida, el campo de batalla es duro hasta cuando se terminan los disparos. Ver amigos muertos o mutilados no es fácil, desparramados por todos lados, se escuchan siempre de fondo los gritos y lamentos de los malheridos pidiendo ayuda.

La tensión de la batalla hace que uno transpire demasiado, uno se puede deshidratar en verano. Mi reservorio de agua había sido perforado por un plomo sin fortuna que nunca tocó mi piel. Caminé unos metros hacia un bañado próximo para juntar algo de agua para beber, mientras bajaba por un barranco, se me agregó corriendo Felipe, Él era un soldado con una inteligencia subnormal, algo tonto e ingenuo en algunos aspectos, pero con un terrible pulso y gran destreza como tirador.
-Sargento, sargento yo tiré la última bala.-Contó con alegría
Lo mire, sonreí (no le creí) y le asentí con un gesto afirmativo.
-Vio que usted siempre dice que nadie recuerda quien dispara por ultimo y culmina la batalla.-
Lo volví a mirar.
-Fui yo.- Lucía orgulloso
Seguimos caminado. Llegamos al bañado, el agua estaba roja de sangre, intomable. Varios cuerpos flotaban, llenándose sus heridas de hambrientas mojarras que hacían burbujear el agua ensangrentada.
-El General está por llegar, mejor escóndete, que no te vea.-

En las tolderías donde se practicaban precarias curaciones, el nerviosismo reinaba, ahí se escondía Felipe del General.
-Quédate aquí y si viene con la hija: no la mires y que no te vea.-
-Será muy General, pero no aguanta ver unas tripas colgando.- dijo Felipe. Todos los que escucharon, rieron, incluyendo los convalecientes.
-La risa es el remedio del alma.- dijo el médico, mientras preparaba un serrucho.
-Doctor Ordoñez, ¿qué dirá el General si en la enfermería se ríen como en el teatro?-

Me retiré callado a dar una recorrida a caballo por el campo. A mi lado estaba José, uno de los pocos soldados que había ido a la escuela, se encargaba de contabilizar en un libro de actas, las bajas y los heridos de ambos lados.
-Se retiraron para el este y se reagruparon para marcharse a toda prisa sin cuidar la retaguardia.-
-Ellos huyeron, pero no se puede decir que hayamos ganado, quedaron pocos en pie.- Comenté
-Falta gente. Los hombres de Lynch los siguieron unas cuantas leguas.-
-Me cago en ese tipo, en lugar de quedarse a ayudar a los heridos, se florea de guapo para notarse con el General.
Me mordí los labios de bronca, nunca me gustó la gente rastrera, y Lynch lo era con alevosía.
Seguimos al trote mirando todo, llegamos a unos cajones de madera, no los había notado anteriormente. Median un metro por dos y uno, uno y medio de alto, tenían dos ranuras de dos o tres pulgadas a lo largo y en el interior había una luz.
Al acercársenos le dije a José.
-Luna dígame que es esto. ¿Qué es este cajón?- Y le pegué una patada. Luego otra.
-Acá están los pintores Sargento. Bah… un pintor, hay uno en cada cajón-
-¿Los pintores?- Pregunte extrañado.
Hubo un silencio, yo estaba muy sorprendido.-
-¿Cuántos cajones hay?- volví a interrogar
-Por lo que vi, hay tres.- Me respondió.
Levante la tapa y vi a un cristiano dibujando con carbonilla sobre un lienzo grande, una decena de velas clavadas en las tablas iluminaban el interior.

El General (2da parte)
Este personaje hablaba raro, algo gangoso, no entendí lo que decía. Al parecer se había enfadado con mi persona. Me gritó como si fuera un niño. No dude en sacarlo de ahí y agarrarlo por el cuello; No podía permitir que uno de mis subordinados vieran afectada mi imagen como autoridad, tal es así que le dije: -Usted me habla con respecto.- A lo que siguió vociferándome.
Ya iracundo le arrojé al suelo y comencé a golpearlo. Luna trató de sostenerme, de evitar la paliza. –Sargento, Sargento… Él habla en francés, no le está faltando el respeto. Simplemente no lo entiende.-
El francés tampoco entendía lo que hablábamos, tal vez pensó que lo querría ejecutar.
Vaya uno a saber porque, lo cierto es que el pintor, ante mi descuido salió corriendo como liebre, huyó hacia el campo de batalla, bordeando un monte de espinillos. No dude en perseguirlo, de seguro lo contrato el ego del Generalísimo; Si se perdía seria tanto o más catastrófico que perder la batalla.
El francés no era tan rápido, pero yo estaba exhausto y no le pude dar alcance. Desde unos ochenta metros mis hombres comenzaron a disparar, se oían los típicos gritos de final de batalla: -Queda uno.-,-Vamos a darle.-, -Tírale, tírale. Que no se escape.-Luna se detuvo a gritar: - No le disparen, no le disparen.- Hacía gestos saltando y agitando sus brazos.
Al oír disparos el francés busco huir a través del monte, muchos de mis hombres se fueron uniendo a la persecución.-Lo queremos vivo, no lo maten.- gritábamos al unísono con Luna.
-Volvamos.-Le dije.-Que los busquen los otros, para que soy Sargento.-

Nos volvimos hacia lo que en la mañana fueron nuestras posiciones, los soldados estaban desarmando todo, preparando las tumbas. Todo era barullo; Risas, gritos, felicidad salvo los llantos en la enfermería. Toda esa mezcla auditiva que tenía todas las frecuencias sonoras se cortó en unos pocos segundos: Había llegado el contingente del General. Grandes y cómodos carruajes, limpios y modernos habitáculos. Caballos impecables.
El General se bajo cuidando de no pisar barro o bosta, hicimos el saludo correspondiente, no se molestó en mirarnos, miro el lugar detenidamente, sonrió, me miró.
-¿Ganamos?- Preguntó
-A cualquier precio había que ganar… y así se ganó mi General.-
-¿Lynch?- Preguntó preocupado y necesitado de un lamebotas.
-Se arriesgó en una persecución innecesaria, mi general.- Respondí
-No pido una opinión, pido una respuesta.- Hubo una pausa incomoda, siguió interrogando:-¿Los pintores?-
-No lo sé- Respondí.
-No lo sabe, muy bien… no lo sabe… ¿sabe cuánta gente murió?-
-En este momento mi hombre de confianza y estadista José Luna está procesan…-
-¡No importa el número exacto!-Interrumpió furioso.-Esa gente murió y… ¿quién va a retratar la batalla por la que dieron su vida?-
-General, no se me informó en ningún momento que habría pintores en el campo de batalla.-
-¿Me dice que Lynch no informó?- preguntó extrañado. Asentí con la cabeza.
-Se le habrá olvidado… es extraño porque idea de Él.-
-Vamos a ver entonces que ha pasado con los artistas.-Dijo buscando a alguien que le indicara el camino. El siempre confiable Luna se ofreció a guiar a la troupe que incluía aparte de su “Excelencia” y su hija y los típicos cinco o seis “cortesanos” rastreros, al alcahuete de Lynch que tomaba nota de todo y yo por ultimo.

Mientras caminábamos miraba al Cabo Cardozo, (que solo le faltaba limpiarle el culo a Lynch) y me indignaba sobre cómo era la escala rastrera. Cardozo lamia las botas de Lynch, este las del General, este las del Caudillo, este las de los terratenientes.
Una vergüenza, cero dignidad tenia esta gente de ciudad.
Íbamos todos en fila india, yo de ultimo, delante mío el más bajo de la escala; Creo que mi indignación se retroalimentaba cada segundo que veía a estas inmundicias humanas, solo pude descargarme con un puntapié en la “retaguardia” de Cardozo.
Asustado y desparramado en el piso, me miró sorprendido, seguí en la fila observándolo fijo a los ojos, con bronca y desprecio. No le saqué los ojos de encima. Nadie vio nada.
Se levantó y tomó nota de lo ocurrido.

La segunda parte se encontrará detrás de éste Link:
http://literariokapasulino.blogspot.com/2010/04/no-va-llover-hasta-octubre-parte2-por.html

27 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta. Buenísimo.

Taller Literario Kapasulino dijo...

Me gusto tu cuento Iván, o sea la primera parte. Tiene intriga y refleja las situaciones de la guerra. Perfecto!

Alma Mateos Taborda dijo...

Excelente esta primera parte, me quedo esperando el final. Secuencialmente perfecto y un grandioso argumento. Felicitaciones! Un abrazo

Anónimo dijo...

ESPLENDIDO LABURO,EXCELENTE,NO SE PUEDE ESPERAR OTRA COSA,PETENECIENDO A ESTE TALLER MAGICO!
GRACIAS MUCHISIMAS GRACIAS POR COMENTAR EN MI BLOG!
GRACIAS
LIDIA-LA ESCRIBA

GOGO dijo...

aquiii me quedoo esperando por masssssss..!!

buenisimooo..!!

mi afectoo todooooo..!!

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

Hace tiempo que no me paso. Me gustó hacerlo.

Besos y amor
je

Maria Susana dijo...

Me anoto primera para leer el final.
Muy buen cuento Ivan.

Ligia Melo Martínez dijo...

Felicidades, Ivan!
Estare esperando la segunda parte que espero sea tan intensa e interesante como esta primera parte de tu cuento.
Por favor, enviame un aviso para estar entre las primeras personas en leerla.
Un abrazo.

SIL dijo...

Ojalá no se haga esperar demasiado la segunda parte.
La escena del extraño dibujante abre mil interrogantes...

Sangre y misterio, no es mal combo.

Abrazo gigante a vos y la tropa.

SIL

Sandra Figueroa dijo...

Me gusta el misterio pero me estremece la sangre. Me quedo esperando la segunda parte. Lindo leerte Ivan. Te dejo un beso, cuidate.

beker dijo...

Interesante en el fondo y bien construido en la forma... te felicito. Un abrazo

Anónimo dijo...

Bien por este misterio… dejas al lector esperando por más.

Un fuerte abrazo.

Belkis dijo...

Interesante cuento Iván, habla de la guerra, y todas esas características tan propias de la naturaleza humana. Me gusta, espero la segunda parte con ansias.
Un saludo

Con tinta violeta dijo...

Me ha gustado el cuento. ¡Ánimo y a por la segunda parte, Iván!
Besos.
Paloma.

Anónimo dijo...

Esta interesante el relato, entretenido.

Nos vemos pronto.

Besos y linda semana.

Verbo... dijo...

Me gusta tu estilo claro y preciso.

Saludos.

anapedraza dijo...

¡HE DISFRUTADO CON LOS DOS!

Pero eligo el segundo, aggggg!!!! se mascaba la mezquindad, ¡muy bien!

¡Saludos para todos los miembros del Taller Kapasulino!

Miguel

Lisandro dijo...

En todo cuento o historia de miedo y de sangre confieso que son mis preferidos amigo! exelente! te dejo un fuerte abrazo!

Lisandro dijo...

Quise decir misterio en vez de miedo!! perdon!

el oso dijo...

Muy linda creación, con fuerza, con intriga y un toque de humor negro.
Esperamos la segunda.
Abrazos

Anónimo dijo...

me gusta, Iván
Tiene un comienzo interesante, personajes bien representados y cierto halo de misterio que dan ganas de seguir leyendo

Lo que sí, parece escrito medio a las apuradas: fijate que tiene algunos errores de tipeo o faltas de acentos que entorpecen la lectura. creo que con una pulida de tu parte terminaría de quedar genial!


repito, la historia está muy buena y bien planteada

saludos!

Taller Literario Kapasulino dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Iván dijo...

gracias galán por el guiño, Lichi de misterio/miedo tiene poco, te voy a sorprender

gracias a todos por la buena onda

Raúl dijo...

Gracias por tu visita y por tu comentario, Iván.
Un saludo.

Sergio Lopez(Lely Vehuel) dijo...

Bien por la primera,vamos por la segunda parte,exelente.Aquí ando paseando por tu sitio, recorrerlo se torna tan agradable que siempre vuelvo. Estoy atento a cada una de tus entradas y lo estaré siempre.
Tuve una idea y la volqué en Cuentos y Orquídeas, sabes que tienes una invitación para venir aquí siempre. Te estaré esperando a ver si gusta lo nuevo, desde aquí un gran abrazo y mucha luz, hasta pronto...

Valeria Elías dijo...

que bueno!!! espero la segunda parte!! besos

Mariluz GH dijo...

He estado esperando la segunda parte para opinar sobre ambas a la vez... pero se demora en el tiempo esa entrega así que voy sobre ésta: ¡¡magnífico relato!! tiene todos los ingredientes que me gustan para atraparme en la lectura :)

abrazos