Encontré un papel amarillo donde escribí todo lo que sentía
Hice un bollito y lo tire.
Apareció otro papel amarillo y escribí todo lo que soñaba,
Y como era muy absurdo también lo tire.
En otro, escribí lo que debía ser,
Y esta vez no lo tire.
Lo guarde en mi bolsillo, para no olvidarme de nada,
Para no desviarme de mi camino,
Aunque no quisiera, aunque me doliera,
Debía hacer lo que decía el papelito.
Al pasar un par de años, me di cuenta de mi error,
Saque de mi bolsillo el papel ya todo arrugado,
Hice un bollito y lo tire.
El problema fue que ya era tarde,
Y no recordaba lo que había escrito en los otros papelitos.
Entonces me volví por el camino que había hecho, entre mis pasos
Y los busque desesperadamente, pero no los encontré.
Solo me vi, en todas las edades, en todas las pieles y en todos los colores.
Y no me gusto lo que vi,
Y me perdí buscando los papelitos,
Buscando, buscando, buscando,
Y viéndome tan infeliz.
04/11/2008
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miércoles, 26 de noviembre de 2008
miércoles, 19 de noviembre de 2008
Voy a saltar
Este es un ejercicio que se realizo en el taller la última vez que nos reunimos. Se escribe un texto a través de la frase disparadora: "Voy a satar en paracaidas por primera vez"
VOY A SALTAR
Voy a saltar en paracaidas por primera vez
y es una mezcla de miedo y ansiedad,
de mucha emoción por lo nuevo, un comenzar.
Decidi saltar como si fuera la solución a algo,
como si marcara un punto en mi vida,
un antes y un después, una liberación.
El tipo del avión me dijo que tenía que contar hasta diez antes de abrir el paracaidas.
Parada en la puerta abierta del avión, el viento me chocó la cara,
y sonreí, y aspire el aire, y salté.
Como me dijeron conté, y toda mi vida paso entre mis ojos:
1- Abracé a mi papá
2- Mamá se sentó junto a mi cama
3- Mi hermana escribiendo con tiza una puerta para que aprendiera a leer y escribir
4- Un cumpleaños
5- El viaje a Cordoba
6- Mis amigas
7- Los 15
8- MI primer beso
9- Mi primer amor
10- Mi gran desilución.
Y aunque me faltaron mas segundos abri el paracaidas, y senti como un golpe, un freno y empece a caer lentamente, mirando el suelo, mirando el cielo.
Y llore, y reí, y respire.
Y toque el cesped,
y caí sobre el cesped, mojado, embarrado,
deseando empezar de nuevo.
15-11-2008
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VOY A SALTAR
Voy a saltar en paracaidas por primera vez
y es una mezcla de miedo y ansiedad,
de mucha emoción por lo nuevo, un comenzar.
Decidi saltar como si fuera la solución a algo,
como si marcara un punto en mi vida,
un antes y un después, una liberación.
El tipo del avión me dijo que tenía que contar hasta diez antes de abrir el paracaidas.
Parada en la puerta abierta del avión, el viento me chocó la cara,
y sonreí, y aspire el aire, y salté.
Como me dijeron conté, y toda mi vida paso entre mis ojos:
1- Abracé a mi papá
2- Mamá se sentó junto a mi cama
3- Mi hermana escribiendo con tiza una puerta para que aprendiera a leer y escribir
4- Un cumpleaños
5- El viaje a Cordoba
6- Mis amigas
7- Los 15
8- MI primer beso
9- Mi primer amor
10- Mi gran desilución.
Y aunque me faltaron mas segundos abri el paracaidas, y senti como un golpe, un freno y empece a caer lentamente, mirando el suelo, mirando el cielo.
Y llore, y reí, y respire.
Y toque el cesped,
y caí sobre el cesped, mojado, embarrado,
deseando empezar de nuevo.
15-11-2008
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Misceláneas
domingo, 16 de noviembre de 2008
TALLER ABIERTO NOVIEMBRE
En esta sección publicamos los textos que nos envían nuestros visitantes, en este caso el de Celina que nos envió su poema "La Ausencia".
Celina es de Villa Constitución, Santa Fe, Argentina.
Para disfrutar de su poema cliquea "Leer mas"
La Ausencia
He sido testigo
del vuelo de los pinguinos
en el agua.
He marchado
a la par de los Sufíes
desde mi dimensión
y desde tierras lejanas.
He aspirado hondo,
hasta escuchar los susurros
de mi calma.
He sabido buscarte
en cualquier parte
imaginando tu existencia mundana.
Es hora de partir
y de seguir otras pisadas;
de sostenerme en pié
aunque la memoria,
la imaginación o las palabras.
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Celina es de Villa Constitución, Santa Fe, Argentina.
Para disfrutar de su poema cliquea "Leer mas"
La Ausencia
He sido testigo
del vuelo de los pinguinos
en el agua.
He marchado
a la par de los Sufíes
desde mi dimensión
y desde tierras lejanas.
He aspirado hondo,
hasta escuchar los susurros
de mi calma.
He sabido buscarte
en cualquier parte
imaginando tu existencia mundana.
Es hora de partir
y de seguir otras pisadas;
de sostenerme en pié
aunque la memoria,
la imaginación o las palabras.
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Taller Abierto
lunes, 10 de noviembre de 2008
LLEGAMOS A 2.000 VISITAS!!
En solo 4 meses llegamos a las 2.000 visitas! Es increible, no me habia imaginado esto. Y creo que mis compañeros Kapasulinos tampoco.
Muchas Gracias a todas las personas que ingresaron en este blog literario, escrito por personas comunes que aman plasmar en una hoja sus emociones, sus ideas, sus locuras.
Gracias a mis compañeros, Noe, Pancho, Lichi y Susi; a quienes conozco desde hace aproximadamente cuatro años, desde el "Gusano Maximo"... por querer armar este blog, para que el taller siga vigente aunque nosotros no nos sigamos reuniendo.
Creo que eso es lo mas importante de este blog, del blog del Taller Literario Kapasulino, que siempre va a ser nuestro refugio, nuestro lugar, donde siempre nos podremos encontrar, y escribir...
Amigos Kapasulinos los quiero!
CarlaK
Mira lo que se perdio Marina!
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Muchas Gracias a todas las personas que ingresaron en este blog literario, escrito por personas comunes que aman plasmar en una hoja sus emociones, sus ideas, sus locuras.
Gracias a mis compañeros, Noe, Pancho, Lichi y Susi; a quienes conozco desde hace aproximadamente cuatro años, desde el "Gusano Maximo"... por querer armar este blog, para que el taller siga vigente aunque nosotros no nos sigamos reuniendo.
Creo que eso es lo mas importante de este blog, del blog del Taller Literario Kapasulino, que siempre va a ser nuestro refugio, nuestro lugar, donde siempre nos podremos encontrar, y escribir...
Amigos Kapasulinos los quiero!
CarlaK
Mira lo que se perdio Marina!
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sábado, 8 de noviembre de 2008
UN HERMOSO DIA DE LUTO
Hoy es un hermoso día de luto, sí, el último día de luto es perfecto. Puedo al fin sacarme la ropa negra, vestirme de colores llamativos, pintarme de rojo los labios.
Para mi el luto era sagrado, mi madre me había enseñado a respetarlo. Lo llevaba por treinta días, y como dije antes me vestía de negro, no miraba televisión, no escuchaba música y nada de nada de fiestas o bailes.
El último día era maravilloso, me ponía mi vestido rojo y me iba a un bar a tomar un licorcito. Sí, como verán, lo tengo bien estudiado y aprendido. Es que éste era mi tercer luto. Enterré a tres maridos. La primera vez fue muy difícil, llore los treinta días, la segunda me decía: “¡Que mala suerte la mía!”, ya la tercera fue: “Y bue, a buscar el cuarto”.
Y si, es que en mi pueblo está mal visto que una mujer a mi edad esté sola. En realidad eso le digo a los demás, pero a mi me encanta la vida de casada. Siempre fui muy práctica, y el destino era fantástico calculando los tiempos. Además la naturaleza me regalo una belleza incomparable con respecto a mis competidoras de “novios”.
Les cuento: después de seis meses de novia, me casé a los veinte años con mi primer marido. Era el hijo del dueño del supermercado; pero a los nueve años y seis meses me dejó. El funeral estuvo regular, es que era nueva en esos eventos. Pasaron mis 30 días de luto y me fui a tomar algo al bar de la plaza. Ahí conocí a Osvaldo, un hombre maravilloso. Después de cinco meses de novios, el casorio. Fantástica la fiesta y nueve años y seis meses después fantástico el velorio. Es que ya estaba más canchera.
Al mes siguiente, en lugar de ir al bar, tenía que ir a ver al abogado por el tema de la herencia. Y pensé cuarenta años eran muy pocos para ser viuda, y un abogado era un buen partido. Después de otros 5 meses, mi madre estaba tan feliz de verme casada con un señor de las leyes. Pero bueno, como saben hoy es mi último día de luto, así que ya se imaginaran como termino la historia... cincuenta años y viuda por tercera vez ¡Un horror!
Por suerte, siempre fui al gimnasio y tenía un cuerpo bastante agraciado para mi edad. Así que esta vez fui al bingo y me senté junto a un señor di-vi-no. Si, si, el cuarto marido. Pero ésta vez entre a la Iglesia con un trajecito coral, no quedaba bien que a mi edad, me vistiera con el típico traje de novia blanco.
Lo único que no me gusto de éste marido fue el funeral, espantoso, sin palabras. Más allá de todo, respete el mes de luto, después salí, como siempre, aunque esta vez nadie me saco a bailar, ni me invitó un café, ni me pagó un cartón para el bingo.
Este “después de luto” a mis sesenta años, no era lo que yo esperaba. Igual fui al cementerio, al principio miré la tumba de lejos, después fui acercándome de a poco. Ahí estaba, mi cuarto marido... pobrecito... Estaba tan desolado, tan triste. ¡¿Pero podés creer que después de nueve años y seis meses me haya planificado un velorio tan pobretón?! Y bue, por lo menos la lápida está linda, y mi nombre en letras grandes y bien escrito.
Y si, ¿Qué esperaban? ¿Viuda por cuarta vez? Nooo, hay que cuidar las apariencias. ¡¿Qué diría la gente de mí?!
Señoras y señores, como decía mi madre, hay que morir con dignidad.
FIN
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Para mi el luto era sagrado, mi madre me había enseñado a respetarlo. Lo llevaba por treinta días, y como dije antes me vestía de negro, no miraba televisión, no escuchaba música y nada de nada de fiestas o bailes.
El último día era maravilloso, me ponía mi vestido rojo y me iba a un bar a tomar un licorcito. Sí, como verán, lo tengo bien estudiado y aprendido. Es que éste era mi tercer luto. Enterré a tres maridos. La primera vez fue muy difícil, llore los treinta días, la segunda me decía: “¡Que mala suerte la mía!”, ya la tercera fue: “Y bue, a buscar el cuarto”.
Y si, es que en mi pueblo está mal visto que una mujer a mi edad esté sola. En realidad eso le digo a los demás, pero a mi me encanta la vida de casada. Siempre fui muy práctica, y el destino era fantástico calculando los tiempos. Además la naturaleza me regalo una belleza incomparable con respecto a mis competidoras de “novios”.
Les cuento: después de seis meses de novia, me casé a los veinte años con mi primer marido. Era el hijo del dueño del supermercado; pero a los nueve años y seis meses me dejó. El funeral estuvo regular, es que era nueva en esos eventos. Pasaron mis 30 días de luto y me fui a tomar algo al bar de la plaza. Ahí conocí a Osvaldo, un hombre maravilloso. Después de cinco meses de novios, el casorio. Fantástica la fiesta y nueve años y seis meses después fantástico el velorio. Es que ya estaba más canchera.
Al mes siguiente, en lugar de ir al bar, tenía que ir a ver al abogado por el tema de la herencia. Y pensé cuarenta años eran muy pocos para ser viuda, y un abogado era un buen partido. Después de otros 5 meses, mi madre estaba tan feliz de verme casada con un señor de las leyes. Pero bueno, como saben hoy es mi último día de luto, así que ya se imaginaran como termino la historia... cincuenta años y viuda por tercera vez ¡Un horror!
Por suerte, siempre fui al gimnasio y tenía un cuerpo bastante agraciado para mi edad. Así que esta vez fui al bingo y me senté junto a un señor di-vi-no. Si, si, el cuarto marido. Pero ésta vez entre a la Iglesia con un trajecito coral, no quedaba bien que a mi edad, me vistiera con el típico traje de novia blanco.
Lo único que no me gusto de éste marido fue el funeral, espantoso, sin palabras. Más allá de todo, respete el mes de luto, después salí, como siempre, aunque esta vez nadie me saco a bailar, ni me invitó un café, ni me pagó un cartón para el bingo.
Este “después de luto” a mis sesenta años, no era lo que yo esperaba. Igual fui al cementerio, al principio miré la tumba de lejos, después fui acercándome de a poco. Ahí estaba, mi cuarto marido... pobrecito... Estaba tan desolado, tan triste. ¡¿Pero podés creer que después de nueve años y seis meses me haya planificado un velorio tan pobretón?! Y bue, por lo menos la lápida está linda, y mi nombre en letras grandes y bien escrito.
Y si, ¿Qué esperaban? ¿Viuda por cuarta vez? Nooo, hay que cuidar las apariencias. ¡¿Qué diría la gente de mí?!
Señoras y señores, como decía mi madre, hay que morir con dignidad.
FIN
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ESTOY TRISTE
Estoy triste.
Triste y de toda tristeza
llena.
No hay palabras que definan,
que midan,
que horaden mas hondo,
mas negra tristeza.
Estoy triste.
Se sonríe con desidia
mi mirada hueca.
Nadie mira hacia mí.
Nadie está alerta.
No hay huellas en la tierra.
¿Estoy muerta?
¿Será que si
y no me doy cuenta?
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Triste y de toda tristeza
llena.
No hay palabras que definan,
que midan,
que horaden mas hondo,
mas negra tristeza.
Estoy triste.
Se sonríe con desidia
mi mirada hueca.
Nadie mira hacia mí.
Nadie está alerta.
No hay huellas en la tierra.
¿Estoy muerta?
¿Será que si
y no me doy cuenta?
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Maria Susana Ferreira,
poemas
jueves, 6 de noviembre de 2008
¡DÓNDE ESTÁ EL AMOR?
PARA NOELIA
-¿Dónde está el amor?-Preguntó Noelia
-¿Dónde está qué?-Contestó la abuela Guillermina-¿El amor de quién nena- siguió preguntando mientras buscaba en el bolsillo de su batón negro con vivitos rojos y rezongaba bajito –“No lo encuentro.¿Dónde lo habré metido?”-
-¿Qué perdiste abuela, al amor?-
-No nena al celular…acá está –suspiró al fin Guillermina aliviada y volviendo la atención a su nieta…
-¿Qué buscabas hija?-
-Al amor abuela, todas las chicas tienen, todas, menos yo. ¿Dónde consigo?
-Y…yo ya ni me acuerdo… todo es tan distinto ahora. Capaz que venden. Hace mucho en una época te decían: “Este joven es para usted” Si las familias estaban felices, los novios también. Después venía el amor. Así conoció mi mamá a mi papá, y estuvieron casados cincuenta y cinco años… Pero ahora no sé.-Se quedó un momento pensando Guillermina…aunque al momento anunció decidida.
-Alcanzame las zapatillas vamos a ver si conseguimos. No puede ser que las chicas tengan y vos no. ¡De ninguna manera!
-¿Y adónde vamos?- Quiso saber Noelia entusiasmada.
- ¡A la plaza! Ahí conocí yo a tu abuelo, ahora van a los “boliches” pero demasiado ruido, no se puede conocer a nadie así. En la plaza podes hablar y mirarte a los ojos, podes caminar de la mano, tomarte un helado si es verano, ver caer las hojas secas si es invierno, no hay mejor lugar para buscar. ¡Seguro el amor está ahí!
-¿Adónde van?- Preguntó Carla, la madre de Noelia he hija de Guillermina que llegaba agotada de su clase de pilates, curiosa al ver tan entusiasta al dúo.
-Vamos a ver si encontramos el amor, seguro está en la plaza y vamos para allá-Contestaron nieta y abuela al unísono.
-¡Pero no! ¿Cómo se les ocurre?-exclamó Carla- El amor está en el secundario. Ahí conocí al amor, entre compañeros, profesores, lecciones de historia, las tareas a medio hacer y matemáticas a marzo. Las cartitas de amor eterno, las poesías y todo eso…aaaah…Qué época tan dichosa. Y si no que te lo diga tu padre.-He inmediatamente comenzó a los gritos-
-¡Beto, Beto, Betooooo!!!!-
-¿Qué pasa?- preguntó el padre de Noelia que estaba practicando hacer sushy con una revista de Utilísima- ¿Se les perdió algo?-
- No papi, necesito saber dónde está el amor, cuanto antes mejor.-Aclaró Noelia.
-¡¿Qué?! ¿Para qué? Si te compré el compac de Patito Feo hace un mes.¡Vos sos muy chiquita!!!-Protestó el padre con la revista de cocina en una mano y un pescadito crudo en la otra.- ¿No querés otro compac mejor? Papá te lo compra, con todo su amor.-
-No papi, mejor me voy con la abuela a la plaza, si allí no está voy al secundario y si no lo encuentro sigo preguntando.-
Volvieron la abuela y la nieta tarde, ya casi era la noche exhaustas , no encontraron al amor. Noelia con los ojitos tristes. La abrazó su madre y la abrazó el padre aliviado, se acercó el abuelo Pedro también a su nieta y preguntó…
-¿Fueron a la plaza?-
-Si- Contestó Noelia – y luego al secundario, buscamos en Internet, y en una confitería
-¿No encontraron nada?- Preguntó el anciano-
-…no…-suspiraron abuela y nieta juntas.
-¿Y si me preguntaban a mi?...- dijo Pedro.
Todos lo miraron. ¡Claro ¡ ¡El abuelo ¡¿Cómo no le preguntamos? Estaba en su siesta y por no molestarlo…
-Abuelo, ¿dónde está el amor? ¿Tú lo sabes?
-Seguro que sé. Esperá acá que te lo traigo, para que lo veas.
Se fue el abuelo Pedro hasta su habitación a revolver en el primer cajón de la cómoda, y de entre fotos viejas y nuevas, ropa interior de algodón, cartas viejas, cartas nuevas sacó lo que buscaba para llevárselo a Noelia.
-Ven Noe, dime ¿qué ves?
-Me veo a mi abue, es el espejo de la abuela y me veo a mi.
-Pues mírate bien Noelia, porque todo el amor que existe, que puedes tener para dar y regalar. Todo el amor que abre puertas y te muestra el camino. Que vive, que da a luz e ilumina cualquier noche eterna… Todo el amor del mundo está en ti. Eres tu, nuestra querida Noelia.
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-¿Dónde está el amor?-Preguntó Noelia
-¿Dónde está qué?-Contestó la abuela Guillermina-¿El amor de quién nena- siguió preguntando mientras buscaba en el bolsillo de su batón negro con vivitos rojos y rezongaba bajito –“No lo encuentro.¿Dónde lo habré metido?”-
-¿Qué perdiste abuela, al amor?-
-No nena al celular…acá está –suspiró al fin Guillermina aliviada y volviendo la atención a su nieta…
-¿Qué buscabas hija?-
-Al amor abuela, todas las chicas tienen, todas, menos yo. ¿Dónde consigo?
-Y…yo ya ni me acuerdo… todo es tan distinto ahora. Capaz que venden. Hace mucho en una época te decían: “Este joven es para usted” Si las familias estaban felices, los novios también. Después venía el amor. Así conoció mi mamá a mi papá, y estuvieron casados cincuenta y cinco años… Pero ahora no sé.-Se quedó un momento pensando Guillermina…aunque al momento anunció decidida.
-Alcanzame las zapatillas vamos a ver si conseguimos. No puede ser que las chicas tengan y vos no. ¡De ninguna manera!
-¿Y adónde vamos?- Quiso saber Noelia entusiasmada.
- ¡A la plaza! Ahí conocí yo a tu abuelo, ahora van a los “boliches” pero demasiado ruido, no se puede conocer a nadie así. En la plaza podes hablar y mirarte a los ojos, podes caminar de la mano, tomarte un helado si es verano, ver caer las hojas secas si es invierno, no hay mejor lugar para buscar. ¡Seguro el amor está ahí!
-¿Adónde van?- Preguntó Carla, la madre de Noelia he hija de Guillermina que llegaba agotada de su clase de pilates, curiosa al ver tan entusiasta al dúo.
-Vamos a ver si encontramos el amor, seguro está en la plaza y vamos para allá-Contestaron nieta y abuela al unísono.
-¡Pero no! ¿Cómo se les ocurre?-exclamó Carla- El amor está en el secundario. Ahí conocí al amor, entre compañeros, profesores, lecciones de historia, las tareas a medio hacer y matemáticas a marzo. Las cartitas de amor eterno, las poesías y todo eso…aaaah…Qué época tan dichosa. Y si no que te lo diga tu padre.-He inmediatamente comenzó a los gritos-
-¡Beto, Beto, Betooooo!!!!-
-¿Qué pasa?- preguntó el padre de Noelia que estaba practicando hacer sushy con una revista de Utilísima- ¿Se les perdió algo?-
- No papi, necesito saber dónde está el amor, cuanto antes mejor.-Aclaró Noelia.
-¡¿Qué?! ¿Para qué? Si te compré el compac de Patito Feo hace un mes.¡Vos sos muy chiquita!!!-Protestó el padre con la revista de cocina en una mano y un pescadito crudo en la otra.- ¿No querés otro compac mejor? Papá te lo compra, con todo su amor.-
-No papi, mejor me voy con la abuela a la plaza, si allí no está voy al secundario y si no lo encuentro sigo preguntando.-
Volvieron la abuela y la nieta tarde, ya casi era la noche exhaustas , no encontraron al amor. Noelia con los ojitos tristes. La abrazó su madre y la abrazó el padre aliviado, se acercó el abuelo Pedro también a su nieta y preguntó…
-¿Fueron a la plaza?-
-Si- Contestó Noelia – y luego al secundario, buscamos en Internet, y en una confitería
-¿No encontraron nada?- Preguntó el anciano-
-…no…-suspiraron abuela y nieta juntas.
-¿Y si me preguntaban a mi?...- dijo Pedro.
Todos lo miraron. ¡Claro ¡ ¡El abuelo ¡¿Cómo no le preguntamos? Estaba en su siesta y por no molestarlo…
-Abuelo, ¿dónde está el amor? ¿Tú lo sabes?
-Seguro que sé. Esperá acá que te lo traigo, para que lo veas.
Se fue el abuelo Pedro hasta su habitación a revolver en el primer cajón de la cómoda, y de entre fotos viejas y nuevas, ropa interior de algodón, cartas viejas, cartas nuevas sacó lo que buscaba para llevárselo a Noelia.
-Ven Noe, dime ¿qué ves?
-Me veo a mi abue, es el espejo de la abuela y me veo a mi.
-Pues mírate bien Noelia, porque todo el amor que existe, que puedes tener para dar y regalar. Todo el amor que abre puertas y te muestra el camino. Que vive, que da a luz e ilumina cualquier noche eterna… Todo el amor del mundo está en ti. Eres tu, nuestra querida Noelia.
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Cuento,
Maria Susana Ferreira
NOCHES
Si, ya sabía yo que aquellas noches
borrachas de amor y de promesas
son terribles.
No puede deshacerse tu presencia
tan solo con desear de que amanezca
No pude sostener por la mañana
palabras que a la noche improvisara.
No sé que dije ayer, no lo recuerdo
no insistas en querer amor eterno.
No quise prometer, y fue la noche
fatídica de amor y de promesas
quien dijo al corazón que se entregara.
La luna sin calor,
la luna blanca,
guardó tu corazón
cual cruel mortaja.
No sé que dije ayer, no lo recuerdo
fatídico el amor que no es sincero.
Terrible, la resaca de tus besos…
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borrachas de amor y de promesas
son terribles.
No puede deshacerse tu presencia
tan solo con desear de que amanezca
No pude sostener por la mañana
palabras que a la noche improvisara.
No sé que dije ayer, no lo recuerdo
no insistas en querer amor eterno.
No quise prometer, y fue la noche
fatídica de amor y de promesas
quien dijo al corazón que se entregara.
La luna sin calor,
la luna blanca,
guardó tu corazón
cual cruel mortaja.
No sé que dije ayer, no lo recuerdo
fatídico el amor que no es sincero.
Terrible, la resaca de tus besos…
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