viernes, 31 de diciembre de 2010

REQUIESCAT…IN PACE por Susana



Que descansen en paz las promesas
y las noches cubiertas de estrellas.
Que descansen también los suspiros,
los te quiero, los suaves gemidos,
que ésta noche enterré los latidos
de un corazón que ya no era mío,
en la infausta raíz de una rosa
que era blanca y hoy esta roja.


No murmuren ya más los poetas
sobre historias tan viejas desechas,
no recuerden ya más los latidos
que la rosa mantiene escondidos…
que si escucho llorar a sus hojas
que si veo temblar sus retoños
se me ahueca en el alma la noche
y su manto se cuela en mis venas
-junto con mi pena-
como muerte helada en cavernas negras.



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lunes, 27 de diciembre de 2010

LA CASADA INFIEL, por SIL



¨- Sabed, vecinas,
que mujeres y gallinas
todas ponemos,
unas cuernos y otras huevos.
Viénense a diferenciar
la gallina y la mujer,
en que ellas saben poner,
nosotras, sólo quitar;
y en lo que es cacarear
el mismo tono tenemos.
Todas ponemos:
unas cuernos y otras huevos.¨


Don Francisco de Quevedo y Villegas
(1580-1645)
______________________________






LA CASADA INFIEL
I
Desalentada y cautiva en la prisión del hastío,
ama de nada, aburrida, decidió aprender boxeo
y tomar en tiempo libre las clases del Club del pueblo,
gastar algo de energía y paliar un poco el frío.


II
El dilema comenzó cuando asestó el primer golpe
y enamoró al instructor (sin mala fe ni deseo)
lo juró por la salud de su pre-infartado abuelo,
que no fue por su actitud tal impensado desborde.

III
La persiguió por semanas, le prometió amor eterno;
con diez rosas la esperaba cuando bajaban del ring,
que ella al volver revoleaba con un funámbulo swing
sobre la gris balaustrada dentro de un ruin basurero.

IV
Tanto el cántaro a la fuente, fue que la chispa hizo fuego
y se rompieron torrentes de besos (de ésos que envician)
de volcanes, de titanes y de exceso de caricias
en una lucha encendida cuya hoguera tocó el cielo.

V
Los amantes se despojan de las ropas y las horas,
las bocas arrojan mieles y el tiempo estruja las penas,
los relojes se detienen y sus agujas se queman
dentro de arenas calientes que ex profeso, se demoran.

VI
Pero siempre hay un final y un tope a la sinrazón.
Le dijo que era formal, que su esposo era un gran hombre,
que no podía manchar ni por esbozo su nombre,
y tenía que olvidarla, dando coto al culebrón.

VII
El instructor de boxeo, que era un apuesto gigante,
se opuso y se descompuso con profuso desconsuelo.
-¡Que debía resignarse! –ella insistió con denuedo,
y resuelta a replegarse tiró la toalla y los guantes.

VIII
El barrio estaba dormido bajo un sopor indolente.
(¿Su cónyuge? Abducido: centro al área y otro gol…)
Trozaba el jamón cocido cuando observó con pavor
que el que tocaba la puerta ¡era su audaz pretendiente!

IX
- ¡Vengo a llevarme a la que amo y apuesto en ésto mi alma,
no mediré consecuencias, le ofrezco pelea airosa!
El marido, sin renuencia, dijo - ¿Pretende a mi esposa?
Pase amigo, sientesé, y hablemos de ésto con calma.


X
-¿Gusta tomar un café? ¿ Azúcar o edulcorante? -
habló con voz de homilía y tono cuasi de hielo,
dirigiendo con maestría la oratoria sin desvelo
e imperturbable sosiego al quijotesco galante.

XI
-Mi esposa brilla de noche (como la luna) se enciende.
Si no esboza algún reproche, le aguardarán buenos ratos,
si Usted se esmera y la cansa, no escuchará sus relatos
y si Morfeo se apiada, dormirán cuando ella duerme.

XII
Del alba al primer fulgor comenzarán las arengas;
y si comete un error, jamás se lo haga saber,
pues los ecos del: ¨TE DIIIIIJE¨ lo arrollarán como un tren;
y no deje que maneje ni sus cuentas ni su agenda.

XIII
Y si hoy viene a secuestrarla (por dar glamour a esta historia)
yo no voy a denunciarla ni a impedir el disparate,
no andaré tras de sus huellas y no pagaré el rescate.
Vayan en paz... que la estrella del bien los cubra de gloria.

XIV
Eso sí … ¡ya se lo advierto! Cuando esta casa abandonen
y mi trazo sea un recuerdo borroneado por la brisa,
y el paso férreo del tiempo les apague las sonrisas,
y hubiera arrepentimientos: No acepto devoluciones.

XV
Lo que se da no se pide, Usted parece un buen pibe,
y le cedo con honores a la dama de sus sueños,
las mujeres no son flores que deban tener un dueño
y no puedo violar yo una ley que lo prohibe.

XVI
El retador se excusó, tomó el café atribulado,
agradeció a su anfitrión los datos que le aportara,
se levantó como un tiro de la silla que ocupaba
y corrió despavorido, tras estrecharle la mano.

XVII
La mujer se acomodó patidifusa y maltrecha,
se acercó hasta su marido, clavándole la mirada,
y recordando las clases que antiguamente tomara,
desestimó hacer las paces y le dio un cross de derecha.
___________*___________

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jueves, 23 de diciembre de 2010

Conakry por Iván Ignacio

1-El Capitán

Recuerdo que cuando era portuario, hace ya varios años, cuando caían con frecuencia las heladas que hoy escasean y los veranos eran mas amigables.
Trabajé en un puerto perdido en una bahía sin faro, donde se trabajaba de día, y de noche se descansaba.
Ningún barco se adentraba en la bahía por las noches, ni siquiera en noches estrelladas o con luna llena. Ninguno a excepción del "Conakry", entraba a la bahía muy despacio, casi a paso de hombre, iluminaba su camino con un reflector direccional y que destellaba una luz extraña, era una luz un tanto verde.

Me desempeñaba en el turno noche, en ese turno solo trabajábamos dos personas. Yo era el sereno, recorría alumbrando todo con una linterna, caminaba por los muelles y los galpones; La vida se desperdicia en un trabajo solitario y monótono, tal es así que a veces me entretenía con un palangre o pasaba por la portería (Donde trabajaba el otro empleado, mi amigo Yuri, el portero).


2-El Conakry

El Conakry era un barco pequeño, el puerto tenia un calado mínimo; Llegaba de vez en cuando, no venía todos los años, pero sí venía siempre con las calmas aguas de finales de verano. Su capitán era un hombre de mi edad, suponía que era de algún lugar de África Occidental. A pesar de haberlo visto siempre en la cabina, daba la impresión de ser alguien seguro y de sonrisa difícil. Siempre me saludó desde la cabina con respeto y simpleza. Dejaba su bote tan prolijamente cerca de la orilla que no hacia falta que alguien me tirara el amarre, solo me estiraba a tomar de la antigua y gruesa cuerda de yute y amarrarlo yo mismo. Desde detrás del vidrio me agradecía con una saludo y una sonrisa pobre pero real. Una vez asegurado todo, apagaba la luz y la despintada cabina se teñía de oscuridad, y seguro iba a descansar.
Mi turno y el de Yuri se terminaban cuando salia el sol. Cuando volvía a la siguiente noche el barco ya se había ido.


3-La luz

Muchas veces me pareció ver entre la neblina nocturna iluminada por ese reflector verdoso algo que escapaba de lo remotamente de lo normal, en un lugar el vapor se concentraba en un extraño suceso, de la nada y de a poco una imagen un tanto humana aparecía frente a mí, no poseía perfecta definición, tampoco era tan difusa.
Pero entendía con claridad que me tendía la mano, pidiendo algo. Y quedaba ahí, Así como solo aparecía con la extraña luz verde del barco, solo se volvía a la habitual neblina al darle yo la espalda.
Como no todos los principios del otoño traían al Conakry, no todas las veces que venia me hacia ver a ese ente.
Sin nadie nunca a mi lado que me ayude a confirmar si era real lo que se me presentó al menos una docena de veces o era producto del cansancio, la soledad y el aburrimiento.


La anécdota relatada en el Conakry continúa en una segunda parte "La busqueda del Conakry". Clic aquí
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domingo, 19 de diciembre de 2010

Señas de Identidad. Por Noelia.

Ves esa mirada.
… ¿La ves?...
Escuchas esa voz diciendo un montón de palabras que no podés descifrar exactamente qué es lo que te quieren comunicar.
…¿La escuchas?...
Y estás ahí, adivinando ese resto de esperanzas que se te presentan día a día, sintiendo a cada paso crecer dentro tuyo toda la pasión que te llevó al estado en el que hoy te encontrás, y querés pensar que no te estás equivocando.
…¿Ahí estás?...
Vos, que siempre lees todo entre líneas, que te crees dueña de los sentimientos no expresados, pero que de seguro el resto de las personas piensan.
…¿Quién sos?...
Y a pesar de todo… nunca pisas fuerte tus propias convicciones, ni aquellos pensamientos que nacen en tu consiente, se retuercen y quedan vegetativos, latentes, para morir por fin en lo profundo de tu memoria. Y ante el diluvio de aquella mágica ilusión repensada y soñada, caes derrotada en aquellos brazos que todavía no sabés si te sostienen o te dejarán caer.
…¿Realmente caes?... Leer más...

miércoles, 15 de diciembre de 2010

TALLER ABIERTO DICIEMBRE 2010

Como ya todos saben una vez por mes publicamos el trabajo de nuestras visitas.
En este caso nos visitan Juan y Mercé Cardona.
A continuación encontrarán una pequeña reseña de cada uno, luego, para leer sus textos, cliqueen "leer mas".

Juan (aunque siempre firma como Paz), tiene 26 años, nos cuenta que estudia psicología, y si todo va bien estudiará también artes que es todo lo que le gusta y necesita. Este último año le surgieron muchas ganas de escribir, disfruta mucho de hacerlo. . Su blog es: http://pazskocdopolova.blogspot.com/


Mercedes nos cuenta: Me llamo Mercé Cardona Samso, soy de Barcelona Cataluny, hace 10 años resido en Monzón, vivo con mi hija y dos nietas.
No tengo ningún estudio, solo los primarios, escribo desde siempre, tengo cajones enteros de ellos, lo hago porque me sale del corazón, no se si lo hago bien o mal, los que me leen les gusta
y yo me lo paso bien.
Me gusta leer, porque con ello obtengo más cultura, y ensancho mis horizontes.
Les cuento que soy lo que llaman disminuidad fisica, voy en silla de ruedas eléctrica, ella me ha dado libertad, toda la que me permite la sociedad con las barreras arquitectónicas ,que aun hay muchas, sobre todo en los transportes, por lo que no podemos viajar como cualquier ciudadano.
Tengo muchos años de vuelo, y ahora despues de muchos baches que nos da la vida, hago lo que me gusta, y soy feliz con esto.
Pueden visitar su blog: Mis Pensamientos


NUNCA ESTOY SOLA por Mercé Cardona
¡Que grande es el amor!
Y que difícil de atrapar,
Como una mariposa
Huida del cielo….

No se donde lo leí. Esta mañana al despertar lo tenía en mente, y todo el día lo recitaba dentro de mí. ¿Porque será? Casualidad. Obsesión, Falta de cariño. ¡Pueden ser tantas cosas!

Para despejarme, me puse ropa cómoda, y como estoy enamorada de la gran Naturaleza a ella me dirigí. Cruce por un puente que cruzaba sobre las aguas. Me senté sobre las rocas. La piedra desprendía el calor que había acumulado durante el caluroso día. Mis ojos se pasearon lánguidamente por encima del enigmático mar, azul y violeta, la noche caía, en el cielo apuntaron las primeras estrella, se replegaban sobre las aguas y una no sabia donde estaba el cielo. Todo unido. ¡Que hermoso seria poder estar en concordancia de esa manera todos los seres que poblamos este planeta ¡

Delante de mi divise un camino estrecho, me adentre en el, al fondo un banco de piedra junto al agua, me apoye en el. Se escuchaba el sonido de las olas que chocaban contra unas rocas. El olor a algas enmohecidas impregnaba el aire. La luna se reflejaba en el brillo de la superficie negra.

Me sentí tan acompañada que no necesitaba nada más….¡Porque las olas me hablaban!




CERCOS por Juan
Detrás de la estación del tren una casa vieja y descuidada aguantaba cada temblor con las ventanas abiertas, las pestañas se movían a su paso, pesado, incansable, repleto de gente. Esta casa siempre llamó la atención de quienes no hacíamos mas que caminar por sus alrededores, sin obligaciones y sin la vertiginosidad que propone toda estación, pues, siempre tuve la duda sobre si estaba abandonada o no, o si alguna vez sus habitantes, al salir a disfrutar en el patio de entrada, se encontraron con que les habían construido ya una ciudad, unas torres a unas cuadras, kioscos a los costados y locales de comida al paso. Siempre había pensado que en el caso de no estar abandonada sus habitantes deberían ser ya mayores y sordos, que se habían visto ante la imposibilidad de mudarse. También pensé que sus hijos posiblemente habían ya tratado de convencerlos para abandonar la vivienda, haciendose ellos con el dinero de la empresa ferroviaria y los viejos condenados a un geriátrico de mala muerte. En sí, un geriátrico.

Esta mañana, vi movimiento, había un señor de unos 40 años haciendo trabajos de jardinería y me acerqué de poco, siempre con mi poca actitud y con mi cámara de fotos como escudo. Por muchos segundos no me dirigió la mirada, lo cual me ponía en el aprieto de pensar si dando pasos más fuertes o quizás tosiendo podría lograr que me mire, y luego algo diría. Tenía la piel bronceada como la gente que ha trabajado incansablemente bajo el sol durante años, como si se hubiesen enterado que la sabiduría se encontraba cavando. ¿Y por qué no? De chico había aprendido que si algo hacía la gente para salvar sus posesiones era enterrarlas.

No había pasado mucho tiempo, yo había empezado a tomar algunas fotos mientras el sujeto desde adentro parecía disponerse a descansar, pues encendía un cigarro y se secaba la frente con la toalla que llevaba colgada en su espalda. Le pregunté si era el dueño de la casa y si le molestaba que le saque algunas fotos, me contestó con el cigarro de costado pero no pude entender sus palabras claramente, aunque con su mano me indicaba que espere. Se acercó luego de darle unas pitadas mas, tirar y pisar el cigarrillo.

El reflejo del sol en la cámara daba contra los vidrios de la ventana trasera, luego se desviaba hacia algún punto en su interior, se veía un placard antiguo, de una madera oscura. Mientras me hablaba trataba de seguir los reflejos, de mirar hacia el interior de la casa. Me preguntó si quería pasar a verla, me dijo que solo quedaban algunas pertenencias de los dueños anteriores y que no era el primer interesado en ella.

“Ya has venido tres veces, la conoces, sólo que no lo recuerdas”

Mucho de lo mágico de aquella casa estaba en que al salir a jugar en los pastos cercanos a la estación uno se encontraba con su hermoso patio, sus ventanas siempre abiertas y lucia como recién abandonada, aunque nunca nos animamos a entrar, pero sobre todo era curioso como se diferenciaba de todo su entorno, parecía tener una vida propia y lejana al común del barrio.

Mientras caminaba hacia la puerta que daba al patio, sentí otra vez la mirada, él me miraba fijamente a los ojos, sus cejas y sus labios eran tan fríos, sin voluntad, solamente me miraba como sabiendo que me entregaba, no se molestaba en apartar la mirada si yo volteaba a verlo. Abrí la puerta y él se detuvo, siguió mirándome hasta que entré. Los pisos de madera, un pasillo iluminado por la luz del sol entre las cortinas, el ruido era a soledad, sentía mis pasos retumbar contra todas las paredes, casi podían mover los retratos que adornaban todo el largo del pasillo. Caminé hasta el final y vi un gran comedor vacío, quedaban algunos muebles tapados con sábanas viejas y todo estaba cubierto por polvo. Hacia un lado y hacia otro había algunas puertas, era difícil orientarme, tenía la sensación de encontrarme perdido todo el tiempo. De verdad estaba perdido.

Un ventilador de pie todavía seguía girando, a medida que me acercaba se hacía más fuerte su ruido, un ruido casi áspero, ruido oxidado, las aspas chocaban alguna parte de la protección y esa fricción marcaba los segundos como un cronómetro improvisado. El pobre viento que producía el aparato hacía mover los papeles de la mesa, no era mi intención revisar la casa, buscaba volver a la puerta con algunas fotos para demostrarle al jardinero lo que había hecho y solamente satisfacer algo de la curiosidad que siempre me había producido, pero las hojas comenzaron a volar, cayendo a mi lado. Recogí una pequeña hoja con un breve texto, el papel ya estaba amarillento y parecía fácil de resquebrajar.

"Las cucharas golpeaban las tazas, de estar tan acostumbrados el uno al otro revolvían al unísono, faltaba poco para que todos den sorbos al mismo tiempo también, así fueron todas sus tardes gran parte de sus vidas. Yo desprecio cada segundo en la mesa con ellos, desearía poder gritarles que se han convertido en un montón de nada, pero una nada que logra enfurecerme. Ellos no contestarían más que con llantos y gritos escandalosos, seguramente todos al mismo tiempo, se levantarían de la mesa y se irían a sus cuartos y quizá, con suerte, alguno finalmente abra la puerta del patio, cruce el cerco y se deje arrollar por el tren. Pero no podía hablar, su estupidez era el escudo más efectivo, yo no sabía si deseaba lastimarlos tanto, se veían al mismo tiempo inocentes en su superficialidad, en sus risas exageradas y en sus modales"

Mis ojos se habían quedado fijos en el papel, lo sostenía cada vez más fuerte, cada palabra podía haber sido mía, eran mías, y lo apreté hasta que se fundió en mi piel, en mis manos, y luego solo pude abrazarme, con cada brazo temblando.
Ahora el viento corría de ventana a ventana, caminé y otra anotación vino a mí, desde las ventanas podía ver que el sujeto del patio seguía mi recorrido, podía ver sus manos en la ventana, apoyándose para mirar hacia adentro mientras los papeles volaban por toda la habitación. Estaba asustado, perdido, lleno de emociones encontradas y mis emociones siempre habían tendido a jugarme en contra.

"El vaso se rompió, sus restos se esparcieron por todo el piso, yo caí de espaldas golpeando contra una mesa. Fue una vergüenza levantarme ante la mirada de todos en la casa, mientras se tapaban la boca con ambas manos en un gesto de asombro, pero había dado el primer paso, mi padre sangraba, tenía el labio partido, pudo haber avanzado sobre mí y terminado todo, pero yo me levanté, ambos nos quedamos quietos mirándonos fijo, maldiciéndonos. Ya no nos unía nada, se dio vuelta y se fue rechazando la ayuda de mi madre que corrió detrás de él. Mis hermanas me miraban sorprendidas, poco hubiesen hecho ellas para liberarse de semejante escoria, pero no, ellas no lo harían, eran lo mismo, eran iguales, todos acá lo eran. Debía marcharme, empacar y salir de la casa en sus narices, ya no me podían prohibir nada."

Oí la puerta, oí pasos pero los oía en todas direcciones, no podía adivinar de donde procedían. Había ingresado el jardinero, su mirada era extrañamente parecida a la de mi padre, su rostro también. Sacó un arma y me la lanzó, me sonrió y bajó la cabeza en un gesto que me llenó de serenidad. Tomé el arma y le disparé en la cabeza.

Otra vez crucé el cerco, esta vez para no regresar




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miércoles, 8 de diciembre de 2010

Carlos Ruiz Zafón por Lisandro

Carlos Ruiz Zafón


(Barcelona, 1964) Escritor español, autor de La sombra del viento, uno de los best sellers más destacados de la literatura reciente. En junio de 2008 se habían vendido de esta novela más de diez millones de ejemplares en todo el mundo.
Carlos Ruiz Zafón se educó en el colegio de los Jesuitas de Sarrià y, pese a que posteriormente cursó estudios de periodismo, encaminó su trayectoria profesional hacia la publicidad. En 1992 decidió abandonar su trabajo como director creativo de una importante agencia de la Ciudad Condal (“Antes de quedar atrapado en un nivel económico del que no me podría desacostumbrar”, dijo) y dedicarse a escribir.

Su primera incursión en la narrativa de fantasía, terror y aventuras, El príncipe de la niebla (1993), ambientada en un pueblo marítimo del sur de Inglaterra durante la II Guerra Mundial, obtuvo el premio Edebé de literatura juvenil. El flamante novelista decidió entonces invertir los tres millones de pesetas del galardón en hacer realidad un viejo sueño de infancia (“De pequeño tenía fijación por el cine americano clásico y por el mundo del jazz. Decía a mis amigos: Cuando sea mayor viviré en Los Ángeles”) y se estableció en Los Ángeles, California, ciudad donde reside desde 1994 y donde compagina su carrera literaria con la de guionista cinematográfico.
A El príncipe de la niebla le seguirían El palacio de la medianoche (1994), cuya trama se desarrolla en la Calcuta de los años treinta, y Las luces de septiembre(1995), en torno a un misterioso fabricante de juguetes, sendos títulos también dirigidos al público juvenil que, con el anterior, se reunirían posteriormente en el volumen La trilogía de la niebla(2007). En 1999 aparecería Marina, ambientada en una Barcelona brumosa y estilizada que preludiaba la de La sombra de viento.
En 2001 Ruiz Zafón publicó su primera novela para adultos, La sombra del viento, una historia ambientada en la Barcelona de la posguerra al más puro estilo del folletín decimonónico de Charles Dickens o Victor Hugo, con una trágica historia de amor como trasfondo, en la que se amalgamaban, con gran fuerza narrativa, los elementos clásicos del género: novela histórica, costumbrismo, intriga y suspense. La novela había quedado finalista del premio Fernando Lara 2000, que ganaría Ángeles Caso con Un largo silencio, y, aunque las bases del galardón limitaban la publicación a la obra ganadora, Editorial Planeta decidió hacer una excepción ante la calidad de la novela y “el acierto con el que se ha aproximado a temas universales como el amor, el misterio o la pérdida de la inocencia”.
El éxito del libro no fue inmediato. Aquel año la novela pasó totalmente desapercibida por parte de la crítica nacional, aunque pronto se vería que no fue así entre los lectores, que conseguirían, a través del boca-oreja, convertirla en un fenómeno literario, algo parecido a lo que ocurriera con Javier Cercas y su novela Soldados de Salamina (2001). Pronto, la estela de Ruiz Zafón se extendería a otros países. En Alemania, por ejemplo, el canciller Gerhard Schröder recomendó públicamente su lectura y pronto se comparó la repercusión del escritor en ese país con la de Javier Marías.
En 2004 La sombra del viento había sido traducida a cuarenta idiomas. Ese mismo año obtuvo el premio José Manuel Lara Hernández a la obra más vendida en España; la biblioteca central de la ciudad de Nueva York la seleccionó como “libro para recordar”, y fue reconocida en Francia como la mejor novela extranjera del año. El jurado, compuesto por escritores, críticos y editores, destacó que la novela de Zafón era "a la vez accesible al gran público y una obra de erudito". La obra consiguió también un notable éxito de crítica (el diario The New York Times comparó al autor con Borges). Convertido inesperadamente en uno de los fenómenos editoriales más importantes de la literatura reciente, el libro permitió a su autor acabar con lo que él mismo definió como "mi etapa con las novelas juveniles".
Cuatro años después, en junio de 2008, La sombra del viento llevaba 247 semanas en la lista de los diez libros más vendidos en España, y en todo el mundo se habían vendido 10 millones de ejemplares. Aunque Ruiz Zafón había recibido suculentas ofertas para llevar la novela a las pantallas cinematográficas, se resistió a ceder los derechos si no le ofrecían “garantías de que se va a hacer con un cierto decoro; si no, prefiero que no haya película, lo importante es el libro”.
El 17 de abril de 2008, con una campaña mediática sin precedentes y una tirada de un millón de ejemplares, llegaba a las librerías españolas la nueva novela del escritor, El juego del ángel, en la que el autor retomaba el universo del Cementerio de los Libros Olvidados. La presentación del libro tuvo lugar en el Gran Teatro del Liceo barcelonés, engalanado para la ocasión con una puesta en escena espectacular que recreaba una antigua biblioteca. Pocas veces un acto de estas características había generado tanta expectación y tal impacto en los medios de comunicación (150 periodistas y 15 cámaras de televisión cubrieron el evento). Si La sombra del viento había conseguido conquistar a millones de lectores sin apenas promoción, en esta ocasión la nueva entrega venía avalada por una campaña promocional más propia de otro tipo de eventos, como la presentación de una película o de un grupo de rock.
El juego del ángel nacía, desde un principio, para convertirse en best seller, y así fue. Diez días después de la aparición del libro, coincidiendo con la festividad de San Jordi en Cataluña (el 23 de abril), Ruiz Zafón fue la estrella más solicitada del firmamento literario. Ante la carpa habilitada para la firma de libros, ambientada como si se tratara del Cementerio de los Libros Olvidados, las colas superaron todas las expectativas. Cientos de personas esperaron durante horas para hacerse con una dedicatoria del autor. Según las cifras facilitadas a última hora de ese día, sólo en Cataluña se habían vendido 250.000 ejemplares (unos 20.000 cada hora, o lo que es lo mismo, más de 300 cada segundo). En una semana se habían vendido 580.000 ejemplares. Lo mismo ocurrió en junio en la Feria del Libro de Madrid. Un éxito esperado, pero apabullante, al que habría que añadir el que se esperaba en otros países, como Francia, Alemania, Portugal o Inglaterra, con los que la editorial ya había firmado los contratos de distribución.
El novelista tiene previsto completar La sombra del viento y El juego del ángel con otras dos novelas; construir, en definitiva, una tetralogía ambientada en el mismo universo literario: la Barcelona misteriosa y gótica que va desde la era de la revolución industrial hasta los años posteriores a la guerra civil española. Casado y residente en Los Ángeles, California, Carlos Ruiz Zafón no descarta volver a instalarse en España y mantiene su estudio de Barcelona junto a la Sagrada Familia. Aficionado a coleccionar figurillas de dragón, escribe siempre de noche.
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viernes, 3 de diciembre de 2010

DEL MUNDO Y YO... (en pie de guerra) por Susana



Del mundo en que me encuentro,
no me gusta,
ser la única en el frente de batalla.
La que ataca, la que defiende la que grita,
la que mata, la que muere, la que escapa.

Del mundo en que me encuentro,
me gustaba,
cuando mi padre en sus hombros me paseaba,
y llegada la noche descansaba,
tranquila vencedora de batallas.

Al mundo que me enfrento lo traiciono,
cuando miento que a sus brazos me abandono.
Junto fuerzas, calmo dolor y ya retomo,
la batalla en soledad que no perdono.

Al mundo que me envuelve lo maldigo,
cuando transforma la salida en laberinto.
Cuando se ríe de mi ejército de sola,
cuando me dice que mi guerra es sin corona.

El mundo en que subsisto era más fácil,
con tu mano infundiéndome coraje,
con tu vos presagiaba la victoria,
con tus ojos el amor era mi gloria.

El mundo en que respiro no da pausa...
Es una trampa cuasi mortal es una farsa
la gran comedia donde somos la farándula
donde vivir es la parábola inventada.
.
Al mundo que me mira,
hoy dejo en calma,
(Tal vez él crea me venció, que no cometa ese error,
es una tregua…hasta mañana)
porque hoy tengo a tu traición como escarmiento,
para arrasar a este mundo que no entiendo.


20 /11/2010 SUSANA

Muy enemistados……..
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sábado, 27 de noviembre de 2010

Esencias. Por Noelia

Dos poemas, una misma esencia.

Y siento.

Amarga soledad

que ensordece mis sentidos.

Dolorosa espina

que irrumpe en mis deseos.

Apaga hasta el último lugar, quebrando el todo

y una ausencia eterna, se presenta

ya sin miedos

con ojos cerrados descanso.

A él me enfrento.

Sombras.

…Miedos que ensordecen…

Ausencia dolorosa sin sentidos.

A mi lugar enfrento

quebrando ya,

el último descanso

eterno.

El que:

Apaga deseos cerrados en mis ojos.

Irrumpe con él, todo.

Hasta se amarga ¡Una espina!

Y me presenta:

Soledad.

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martes, 23 de noviembre de 2010

ACTO DE FE por SIL


¨Es necesario esperar,
aunque la esperanza haya de verse muchas veces frustada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción.¨

Samuel Johnson








He nacido en este mundo ensangrentado,
no se curan con azúcar las heridas,
no depuran con discursos las mentiras,
no hay olvido que redima lo pasado.

He crecido con amor, pero no alcanza,
no me dieron una flor en primavera,
me dijeron que el valor mata las penas
y han querido destrozarme la esperanza.

Ha ocurrido algo muy raro esta mañana…
La persona que me cría me ha mirado.
- ¿ Por qué llora mi mamá ? -me he preguntado.
No he podido comprender lo que pasaba.

Pero vi que fue al jardín, sólo eso sé…
y plantó un pequeño Árbol de la Vida,
susurrando:- ¨Si venciste en Hiroshima,
quizás logres enseñarme a tener FE.¨
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jueves, 18 de noviembre de 2010

TALLER ABIERTO NOVIEMBRE 2010

Como ya todos saben una vez por mes elegimos un texto de nuestras visitas para ser publicado en el blog. Si querés que un texto tuyo este en Taller Literario Kapasulino solo debes enviarnos un mail con tu trabajo a: literariokapasulino@gmail.com.
En éste mes, Noviembre, nos visita Marisa (Xanela Literaria) del blog: Xanela
Hoy nos regala un soneto a la memoria de Miguel Hernández.
Para leer su trabajo cliquea leer mas


A la memoria de Miguel Hernández

Sopla fuerte el viento hoy
entre cumbres de la sierra
es la voz del gran Miguel
el poeta de Orihuela

libre ha llegado a nosotros
el valor de tu inocencia
haciendo muy maleable
el barro de la condena

conviertes en corazón
los barrotes de la celda
con ese amor y dulzura
das la vida como ofrenda

el acero de la muerte
no ha podido poner rejas
porque es el pueblo quien grita
entre tus versos y letras.

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sábado, 13 de noviembre de 2010

Tu fantasma

Tu fantasma

Tu espíritu me persigue
y tu figura se presenta
y ahora, siendo discreta
no quieres que te olvide.

Me hace sangrar tus manos,
no acaricies más mi espalda,
(abrazado a la almohada
te lo suplico en el llanto)



No insistas, ya no quiero
pierdo al ser tu dueño,
desaparece de este sueño,
dejame tranquilo en el tiempo.

Basta de frases insípidas
me hacen mal, me lastiman,
no vuelvas con tu rutina,
que te escuche no me pidas.

Sumisa murmullas en mi oído,
insisto, no quiero escucharte.
Ya me enloquece tu arte
ya no molestes, te lo pido.

Llama a tu fantasma,
ven a buscarlo, me da miedo.
No quiero que en sueños
me haga transpirar el alma.

Despierto de la penumbra
y la cama está vacía
se ha borrado tu poesía,
pesadilla que no alumbra.

Sin negarla, ni olvidarla,
ni repetirla en una lágrima,
sólo suspiro en tres palabras
¡Cómo puedo amarla!
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martes, 9 de noviembre de 2010

ALGO DISTINTO por Carla

Hoy no hay un cuento ni una poesía… hoy quiero escribir sobre algo distinto, sobre una experiencia personal.


Quiero saber que piensan ustedes sobre la espiritualidad, en general, no importa de qué religión sean.
Este post tiene que ver con una de las experiencias más memorables e importantes que tuve en mi vida, y realmente siento, que aunque a algunos les parezca exagerado, solo la va a superar pasar por un embarazo o un parto.
El Jueves pasado, fui a Rosario (para los que no son de Argentina es una ciudad de aproximadamente 1.000.000 de habitantes, en la provincia de Santa Fe), en realidad fui a ver, a conocer a una persona, a un sacerdote, el Padre Ignacio.
Cuando llegué a la Iglesia estaba llena de jóvenes (ese día era la misa de los Jóvenes, también hay una para las mujeres, otra para los hombres, las embarazadas, y los domingos para todo el mundo). Era impresionante la gente que había, la gente que había convocado.
Debo confesar que nunca creí, ni me simpatizó el Padre Ignacio, pero como tengo un problemita de salud, y por insistencia de mis amigas decidí ir.
Creo que se trataba de un último intento para poder sentirme bien.
La cuestión, es que durante las imposiciones de manos, empecé a sentirme emocionada, comencé a pensar en mi problema de salud y sollozaba a cada instante. Pero cuando estaba a dos pasos de encontrarme con el Padre Ignacio, todas las emociones comenzaron a salir, y no pude contener mis lágrimas y el llanto se hizo grande. Hasta que estuve en frente de él… y me miro, y me hablo y me abrazó. Y sentí que el mundo me abrazaba, que una paz infinita inundaba mi cuerpo, que el amor total entraba en mi alma. Nose como explicar la sensación que viví, solo puedo decir que fue una experiencia espiritual que nunca había vivido.
Y yo se que esto es un Taller Literario, y que no tiene mucho que ver lo que estoy escribiendo, pero la mayoría de ustedes ya son mis compañeros, mis amigos literarios, y realmente quería contarles lo que había sentido.
Quería preguntarles, o que me contaran, si alguna vez habían sentido algo parecido con respecto a la Espiritualidad. No tiene que ser con un sacerdote, no se, algo que los haya hecho sentir vivos, grandes, llenos de amor.
Me gustaría que me contaran que experiencia los marco en la vida.
Gracias por leerme, por escucharme, hoy tenía la necesidad de hablar más que de escribir.

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viernes, 5 de noviembre de 2010

DE OROS ILUSORIOS Y OTRAS NOSTALGIAS por SIL



Este camino
ya nadie lo recorre
salvo el crepúsculo.

Matsuo Basho




I
No recuerdo haber visto esfumar un tesoro
ni entre sueños (insisto) desbordante de oro
como veo licuarse esta tarde en mis poros
con tu luz alejarse; y anhelante, te imploro

II
que emulando a esa lava que el verano eterniza
o imitando el candil que los faros irisan
con un lampo me bordes la falda (sin prisa)
dibujando tu nombre en mi espalda sumisa.

III
Y si no fuera así… guardaré en mi parnaso
la quimera sutil que robé de tus brazos,
rescatando feliz un destello a tu paso
y acuñando en un tris tu resello en mi ocaso.

SIL


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lunes, 1 de noviembre de 2010

NUNCA por Susana

Supe de promesas a las hadas blancas
hechas por los duendes que dicen que aman.
Y de los secretos en las madrugadas
envuelto en rocío y en lunas plateadas.
Supe de misterios y busque en la magia
todas las respuestas a mis esperanzas
y a mi pregunta, llena de confianza que,
-“ si llegarías a besar mis ansias?-“
Salio de la noche de lunas plateadas
de duendes que aman y de haditas blancas…
solo una palabra,
nunca.
No quise escucharla.

Supe pues un día, de intensas plegarias, de reyes arcanos,
de luces que bailan danzas milenarias
de esbeltas y gráciles ánimas que cantan
y a la desdicha de las desvalidas vidas solitarias, dan una esperanza…
y volví a creer llena de confianza de que a mi pregunta
- si tu llegarías por fin a mi alma…?-
darían respuesta tan asegurada.
Pero otra vez…solo una palabra,
nunca.
No quise escucharla.

Supe al fin de ti, Rey de mis nostalgias
y salí a tu encuentro y roce tu cara
y ofrecí a tu reino un millón de versos,
y puse a tus pies mil y una noches de amor y de cuentos,
más fábulas, prosas, y secretas cábalas
algunas quimeras y el mayor tesoro de mi fantasía
junto a las leyendas de los laberintos historias de amantes….
de amor…y de vida….
Pero esta vez, no hubo respuesta.
No llegué a tu piel, no arañé tu meta
y sin penetrar en tu espacio inmenso
escuché en el viento frío del destierro…
salir de mi boca, cómo letanía...
solo una palabra…que se repetía…
nunca, nunca, nunca…
Nunca fue tan mía.

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miércoles, 27 de octubre de 2010

Alma. Por Noelia.

Fría queda el alma
Cuando en soledad descansa.
Lejos del refugio de sus penas,
del tesoro que resguarda el secreto del amor.

En aquella noche entera
apegada al mismísimo dolor,
compuso algunos versos
para perpetuar su pasión,
al hombre que le había quitado el sueño
a fin de devolvérselo en cada encuentro.
Cuando a los roces perfectos los opaca la luz
en armoniosa sinfonía de excitación.
Cuando los besos se encienden con el primer rayo de sol
y la brisa de madrugada calma las llamas de la luna anterior.

¿Qué importa que nos quede el recuerdo viviente de un amor trascendente,
que rompió límites y se permitió vivir,
ante la negación absoluta de los que creían poseer su vida,
y así mismo se animaron a enfrentar la fuerza descomunal
que alcanza el mar cuando se desborda
o que alcanza alguien cuando se enamora?

¿Qué importa que algunos todavía crean que reinó el poder?
Mientras exista alguno que bien sospeche que cada noche, él la vuelve a ver.
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sábado, 23 de octubre de 2010

Una verdad por Lisandro



Existen los miedos,
existe esa incertidumbre latente
que muchas veces
te aprieta el corazón.
Puedo perder la razón,


contar hasta diez,
volver a pensar,
y vuelvo a respirar.
Algo me hace callar.
Enmudezco ante esa mirada
no encuentro qué decir…
qué decirle.
Ser reiterativo a veces cansa,
pero me gusta quererla,
me gusta que lo sepa,
me gusta mirarla,
y se lo digo en silencio
en cada minuto
que está conmigo,
que la presiento.
Es lo que hoy siento.
Sigue presente el miedo,
a veces lo descuido,
a veces lo enveneno,
lo mato, y lo olvido
pero como fantasma
que aparece en la noche
le vuelco algún reproche
el por qué quererla así.
No me duele
no me molesta
no me pesa.
La quiero.
Hoy me importa demasiado,
hoy la nombro,
me intranquilizo
me calmo.
Llena los espacios vacíos
que deja la cotidiana soledad,
esa es la verdad.
¿Su verdad?
me interesa
me impacienta.
Pero a veces prefiero
que no la diga,
por miedo a perder
en esta ilusión
recién nacida.

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martes, 19 de octubre de 2010

HUELE A CEREZAS por Carla


Huele a cerezas tu nombre,
aroma dulce, elixir del amor.
Fragancia nocturna, increíble paz.


Huelo tu boca, tus ojos,
huelo tu cuerpo…
Quiero beber tu esencia,
quiero que me huelas con pasión animal.
Esta noche quiero tu cuerpo.
Te deseo, profundamente te deseo.
Toca mi piel.
Comienza despacio, después apura el ritmo,
Bésame, cada parte de mi cuerpo lo ansía.
Huéleme, bébeme, cómeme.
Como si fuera esta noche, la última vez…

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viernes, 15 de octubre de 2010

TALLER ABIERTO OCTUBRE 2010

Como ya todos saben una vez por mes publicamos el trabajo de nuestras visitas.
En este caso nos visitan LIDIA y CARLOS DUEÑAS (MIRACHE)
A continuación encontrarán una pequeña reseña de cada uno, luego, para leer sus textos, cliqueen "leer mas".
Lidia nos dice: Escribo desde los 9 años, casi simultáneamente cuando me contacte, con las estrictas normas de ballet, por 8 años....y hasta los 18.... que empecé a estudiar teatro por largos 8 años, con allezo y fernanades-padres míos en este camino-que resulto en varios trabajos en teatro, en buenos aires.
Pueden visitar su blog: Precisamente de lo que no se habla

Mirache nos cuenta: Escribir forma parte de una de las cosas que más disfruto en mi vida. Es ese momento en el que la realidad puede salir tal cual, o en el que mezclo la fantasía de un mundo muy mío con nuestro mundo. Es el momento en el que puedo volar tan alto como me lo proponga.
Pueden visitar su blog: Volando entre letras.


EL MIENTRAS TANTO por Lidia
tendré que voltear
paredes elevadas llegar a las orillas
de un mar resucitado compartir mi lengua con todos dejar de percibir el dolor-como se hace-
y someterme a las normas que nunca jamás acaté a viste te lo dije!
sería una expresión involuntaria deberé tener
bufandas preparadas por charliparaguas de colores
brillantes para el momento
posterior a todo...
van a entrar
en mis entrañas con permiso de mi parte dejaré que investiguen
mi morada aquella que llevo
a cuestas
como caracoles
inmensos y densos dejare que
me penetren
hasta el alma solo necesito
un poco de cariño del mas próximo
legado por lo demás
el silencio aparecerá en el infinito de las mas
salvajes hordas de viquingos descubridores del todo
y no de nada...
que haré después que pase que haré?
esperar el tiempo
que termina en conjunto siempre!
lidia-la escriba seré viento que camina


TU, YO Y EL TIEMPO... por Mirache
Atardeció muy rápido. Tú aún estabas sorprendida con todo el tiempo que pasamos juntos, con todo lo que platicamos, reímos, compartimos, vivimos. El tiempo implacable, solo aparece en nuestras despedidas y dos o tres horas nos separan del siguiente contacto. De esa necesidad mutua de tenernos, de tocarnos, de buscar el mínimo pretexto para susurrarnos al oído la última aventura de ese personaje místico que a veces porta su caperuza roja y otras suele danzar con lobos que no comen abuelitas, jugar en el pantano con ogros que no son verdes o desaparecer a galope con algún príncipe encantado que con un beso deja de ser sapo para saciarle sus antojos.

A tu lado el tiempo elimina lo externo y no hay palabra que signifique soledad, aburrimiento ni cansancio. A tu lado nada provoca el hastío crónico de un mal de amores porque nuestro amor pertenece a otra dimensión. Esa, en la que el día se funde con la noche y el tiempo no cuenta. Dimensión en la que el espacio dota a nuestros cuerpos de una infinita energía. Inagotable, inquieta, adictiva. Energía incompatible al desamor, al descontento, a la inexistencia del deseo, de ese deseo mutuo que perdura desde el primer día que nos entregamos en aquel concierto de besos sin palabras.

A tu lado el tiempo no sabe de edades, ni de achaques. De días asoleados o lluviosos. De noches frías ni calientes. De meses más largos, ni de años bisiestos. A tu lado el tiempo simplemente nos envuelve en ese energético “Black Hole” que nos enseña realmente como se vive en pareja.

Atardeció muy rápido. Los “Indios” ganan a nuestros odiados “Medias Rojas”. Nos miramos. Sonreímos. La noche llega. Agosto corre. El cuarto mes se acerca y una vida nos espera. Una vida, en donde el tiempo parece no existir.

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lunes, 11 de octubre de 2010

Duermo. Por Noelia.

Pudiendo respirar…
Un poco de libertad
Necesito para soñar.
Aunque sin permiso
No hay nada mejor
Que soñar despierta
Eligiendo de cada cosa, el lugar.
Pudiendo reír,
Impaciente y con anhelo
El secreto de tus ojos espero.
Y bajo ese cielo de felicidad revoltosa:
No sueltes lo más dulce que alcances;
Besale los labios al encuentro,
Y regá las flores de ayer
Con lágrimas que vendrán.
Descansa sobre los problemas resueltos
Y buscá dentro tuyo la paz.
La de afuera, es paz de otros.
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miércoles, 6 de octubre de 2010

FÉNIX, por SIL

Gastón Pérez odiaba que su esposa fumara...



I
Gastón Pérez odiaba que su esposa fumara. Odiaba el olor del humo en su ropa, el vestigio del tabaco cuando lamía su piel, el aroma amargo que emanaba de aquella brillante cabellera, los efluvios que invadían la casa, el dormitorio, la cama, los placares, la intimidad del baño; el hedor en el habitáculo del automóvil y el enorme cenicero de plata labrada (que ella había comprado en el último viaje a México).

Incluso detestaba el simple hecho de que cada bocanada de humo de tabaco de cualquier desconocido le recordara inmediatamente a su mujer. Lo alteraba que ella pusiera en riesgo su salud de aquella inadmisible manera y lamentaba que no hubiera logrado vencer tal adicción, indignándose al recordar la innumerable cantidad de veces que le prometió abandonar, sin cumplir.
Era un odio visceral declarado y que se acrecentaba con el paso de los años.

A su vez, Flora de Pérez odiaba las ratas. Toda precaución era insuficiente para combatir cualquier roedor que osara husmear las inmediaciones de la propiedad.

II
Los odios enumerados hasta aquí, convivían en un espacio de respetable armonía. El matrimonio gozaba de cierto privilegio económico, puesto que ambos eran profesionales de carrera exitosa y sus días transcurrían con total normalidad. Intercambiaban novedades a la hora de la cena, dado que era el único momento que la tiranía del deber cotidiano les permitía compartir; luego, él tomaba un café caliente batido con abundante azúcar (Gastón Pérez adoraba beberlo así), y coronaban la jornada haciendo el amor, o copulando con intensidad (los lectores podrán elegir la frase que más les guste) culminando el acto con un grito semejante a un salvaje maullido que Flora de Pérez emitía cuando alcanzaba su orgasmo, cuyo sonido era de costumbre y podría decirse, esperado por su marido. Asumo en esta instancia que el detalle recién mencionado le pueda parecer al lector una referencia menor, improcedente y hasta quizás, grotesca –aunque a mi parecer, no lo sea-

Continuando cabalmente con el relato, después de la rutinaria unión carnal que he referido, la pareja se entregaba individualmente a la placidez del sueño.

III
El miércoles 17 de marzo pudo haber sido un día como tantos otros, pero no lo fue. A las 18,15 horas, Flora de Pérez recibió un llamado telefónico del asistente de su marido, en el que con tono desesperado, le informaba que éste acababa de ser atendido en su despacho por un grupo de paramédicos, por causa de un desmayo repentino, y que de nada valieron los intentos de resucitación. Un ataque de hipertensión a los 50 años no resultaba algo anormal y rápidamente fue atribuido a las presiones de la vida moderna, el tan temido efecto-estrés, etc.

El diagnóstico no arrojó dudas y el certificado de defunción sería redactado y suscripto por un profesional competente en los siguientes términos: Muerte natural causada por paro cardio-respiratorio.

Flora de Pérez sólo pudo responder con monosílabos temblorosos y cuando cortó la comunicación, hundió el rostro entre sus manos, permaneciendo un largo tiempo en esa posición.

Un pensamiento la aterraba: transmitir la terrible mala nueva de la muerte de su único hijo a su suegra, que contaba ya con 95 años y una cruenta enfermedad.

Lo acontecido luego de este momento es anecdótico e irrelevante: sorpresa, llanto, desesperación, crueles trámites administrativos, pilas de formularios que completar, rúbricas, condolencias, ofrendas florales, telegramas de pésame, cremación por voluntad pre-establecida del difunto, etc.

IV
La pequeña urna le fue entregada a la viuda de Gastón Pérez la tarde del lunes 22 de marzo a las 18 horas.

Con un gesto mecánico, volvió a su casa y no encendió las luces, permitiendo así que el atardecer agonizara rojizo y tenue en el amplio living. El silencio era profundo; sufrió un pequeño sobresalto cuando una sombra oscura cruzó velozmente la doble puerta que conectaba el comedor con las habitaciones. Temió por la presencia de una rata, pero se tranquilizó al comprobar que las últimas luces del crepúsculo jugaban con las enormes cortinas del ventanal.

V
Ya sentada en el sillón, vació con ceremonial respeto el contenido de la urna dentro del enorme cenicero de plata labrada (que había comprado en el último viaje a México.)
Fue durante esos breves instantes, cuando su mente hizo una revisión de varios de los hechos ocurridos: Sus quince años de matrimonio, la voz de Gastón Pérez reprochándole con dulce urgencia que dejara de fumar, el hipnótico turquesa del mar de México, la diaria ínfima gota de raticida en el café batido con azúcar de cada sobremesa, su orden verbal y sin testigos del miércoles 5 de enero durante un almuerzo de trabajo a su empleado de máxima confianza, en la que solicitó triplicar el monto de la póliza de vida de su esposo a favor de su suegra… y quizás algún otro dato que por distracción, olvido o respeto a la brevedad, no he de mencionar en este momento.

Flora de Pérez contempló las cenizas poseída de una extraña sensación de resurrección, mientras sonreía casi imperceptiblemente.
Pensó que dentro de muy poco tiempo, sería útil comprar otro cenicero de idéntico tamaño al de plata labrada (tal vez optaría por uno de Cristal de Bohemia...)
Se alisó el cabello con un movimiento felino y por fin, con un gesto de paz extrema, estiró su cuerpo con la elegancia de una gata, emitió un grito semejante a un salvaje maullido, apoyó su cabeza sobre la pana oscura y con los clarísimos ojos levemente entornados, encendió un cigarrillo.


FIN

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EPÍLOGO:
Permítaseme aclarar que en la lista de odios enumerados en el párrafo I, omití por error involuntario mencionar que Flora de Pérez,
odiaba a su marido con la misma intensidad que a las ratas...

SIL


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viernes, 1 de octubre de 2010

El Ultimo Baile por Lisandro



Ismael podía estar veinte o treinta minutos imaginando en su pensamiento o escuchando, imaginariamente, un paso doble, un tango, o una milonga. Le encantaba mirar videos de bailarines expertos, y en cuanto lo hacia, la piel se le erizaba de admiración y emoción hacia los mismos. Los ojos se le aguaban en cada paso que los bailarines realizaban, también se sentía calido al escuchar el aplauso del público, y muchas veces hasta el mismo aplaudía o comentaba lleno de admiración, los objetivos cumplidos que en el baile los participaban realizaban.


Coleccionaba discos de diferentes ritmos, de diferentes países, escuchaba desde un tango, hasta una zamba africana, un rock norteamericano o hasta música griega. Le sucedía lo mismo que le ocurría cuando observaba los videos, la piel se le erizaba, y era él, quien, inconcientemente, marcaba pasos con una compañera imaginaria.
Pero estas acciones las tenia por tiempo, algunos meses podía estar disfrutando de esos momentos que el baile le brindaba, pero otras, se presentaba como pequeñas añoranzas y prefería no escuchar ni ver nada que esté relacionado con el baile, ya que le causaba alguna nostalgia.
Desde los años de su adolescencia, ya entrando a los veinte de edad, quien hoy es su mujer, y en ese tiempo pasado era su novia, siempre le insistió que persiguiera su ilusión, que comience a bailar por segunda vez. Pero Ismael rechazaba ese sueño. Primeramente por cuestiones económicas, necesitaba trabajar y sabía muy bien que dedicarse al baile le llevaría mucho tiempo, y segundo, sostenía que el baile nunca le daría de comer, por ello prefirió estudiar y trabajar a la vez.
Para él, ya era tarde desde que tenía veinte años y pisando los sesenta, estaba resignado que no tendría ninguna posibilidad de volver a bailar.
Durante el transcurso de su vida, se conformó ver crecer en el arte del baile a su nieto. Cuando podía, iba a presenciar los ensayos del mismo, en el tango club de su ciudad.
El profesor, los compañeros de su nieto, ya lo conocían, y lo aprendieron a querer. Esteban, sabia la dotación que su abuelo llevaba consigo, no faltaba oportunidad que mientras estén ensayando, cortaran las practicas e hicieran bailar a Ismael, algún que otro tango o hasta una salsa.
En otras oportunidades lo han sorprendido, verlo bailar solo en ese salón, sentirse libre ante el espacio y disfrutando de volar sobre la inmensidad de el y su imaginación, Ismael creía que bailar era como volar. Y así fue, que el profesor de su nieto lo vio disfrutar de tal manera que le propuso hacer un baile de tango en un espectáculo próximo a dos meses.
Mas de treinta y cinco años sin bailar, Ismael se dio cuenta que esa era una nueva y única oportunidad para volver a subirse a un escenario. Ensayó durante dos meses sin bailar. Mandó a hacerse un traje de tango, y como cabala decidió bailar con su sombrero tanguero que tenia desde su juventud.
Sábado, once de noviembre, un gran espectáculo, con personas celebres acudieron al teatro de la ciudad de Rosario. Ismael debutaría nuevamente en el penúltimo número del espectáculo, su familia y amigos presentes allí, acompañándolo como siempre lo hicieron.
Y comenzó a sonar la cumparsita, la adrenalina y ansiedad aceleraban el corazón e impulsaban las ganas de salir al escenario.
Pisó el escenario junto a una joven compañera, comenzó el juego de seducción propio del tango, los pasos del dos por cuatro y las cruzadas de piernas estaban latentes y firmes, los levantamientos hacia del tango fantasía, esa realidad que estaba viviendo.
Pero sucedió lo inesperado, Ismael comenzó a escuchar a lo lejos la cumparsita, las luces comenzaba a opacarse, los elogios del publico comenzaron a enmudecer de a poco. Se hizo plena oscuridad, Ismael no pudo terminar de bailar.
Domingo al mediodía, el bailarín despierta y observa en una mesa de luz, su sombrero de tango, no observó a los médicos, no atendió a las recomendaciones, no presto atención a su mujer, su hijo y su nieto, ni nunca supo que fue víctima de un preinfarto, desde ese entonces solo escuchó y hoy en día sigue escuchando el ritmo de la cumparsita. Muchos dicen que lo ven vestido de blanco, bailando sobre un parque verde, con un público vestido igual que él.
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lunes, 27 de septiembre de 2010

MONÓLOGO DE UN HOMBRE CRUEL por Carla


Pensé que nunca regresaría a aquella casa. La noche se apoderaba de mis sueños, no descanse bien. Quizás era la incomodidad de dormir en esa habitación, esa habitación que había sido mía.
Muchos recuerdos pasaban por mi mente, habíamos sido un matrimonio feliz. Aún no entendía porque se quiso separar, mas allá de que yo nunca había querido tener hijos, no me parecía una razón válida para el divorcio.


Recordé cuando me fui, recordé prometerle no volver a pisar la casa, recordé todo el asunto del juez, la maldita orden de restricción… Aún no entendía el porqué de tanta saña, tenía recuerdos felices de los diez años compartidos con Ana. Sentía que había sido un buen marido… Siempre le pedía perdón de rodillas cuando la golpeaba ¿Quién hubiera aguantado esa humillación de pedir perdón? Nadie. Solo yo.
Pero ella nunca consideró mis sentimientos. No. A ella le gustaba verme de rodillas, por eso hacía las cosas mal, por eso me molestaba, para que la golpeara, porque prefería los moretones solo por el placer de verme ante sus pies.
Para no humillarme más acepté el divorcio, pero ella no se quedo tranquila, me seguía buscando, me seguía hostigando. Recordé cuando un compañero de trabajo me dijo que vio a Ana con otro hombre. Puta, pensé. Lo había hecho a propósito. Seguramente lo había planeado todo… esperó el momento justo para cruzarse con Carlos. Sabía que me iba a hacer quedar como un idiota, sabía como humillarme.
Entonces volví a aquella casa, no se imaginan la cara que puso cuando me vió, no la deje gritar.
Le tapé la boca con mi mano.
La metí para adentro.
Pero esta vez no me iba a arrodillar…
Esta vez no tuve piedad.
Y se murió nomás…
Y otra vez se salió con la suya, como no me di cuenta antes, lo había hecho a propósito. Siempre quiso verme preso. Todo había sido un plan suyo y fue ahí cuando fui a la habitación, y soñé toda la noche, hasta que me despertaron los gritos de la hermana de Ana.
Más allá de los consejos de mi abogado jamás pedí perdón, nunca más iba a humillarme.

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jueves, 23 de septiembre de 2010

Epitafio para un donjuán, por SIL



¨… Desde la princesa altiva
a la que pesca en ruin barca,
no hay hembra a quien no suscriba,
y cualquiera empresa abarca
si en oro o valor estriba…¨


Fragmento de Don Juan Tenorio
(José Zorrilla )
____________________





Epitafio
para un donjuán
I
Con afán y frenesí
un tropel de gusanitas
se pelean por morder y se empujan a codazos,
se disputan del pastel los dulcísimos pedazos…
¡vaya hombre de nivel que provoca tantas cuitas!

II
Que a la quinceañera
de bucles rojizos
corrió en la escalera, le probó el zapato,
desgarró la seda, rompió su recato,
sangró entre sus piernas sin pedir permiso.

III
Que a aquella novicia
de votos precarios
le ofreció manzanas con poco respeto,
mordisqueó en la cama todos sus secretos
y archivó sotana, virtud y rosarios.

IV
Que a la esposa gris
el punto correcto
le acertó en desliz con sus manos sabias,
pintando una risa y caricias palmarias
sin pausa y sin prisa en su cuerpo insurrecto.

V
Que a la divorciada
carente de besos,
cubierta de escarcha y envuelta en diamantes,
desierta de estíos, con mieles de amante
liberó sus ríos aleves y presos.

VI
Que a la viuda nueva
le ofreció consuelo,
sus oscuras prendas le quitó apurado,
dibujó una ofrenda floral ¡descarado!
con los mismos pétalos rojos del duelo.

VII
Que a la desahuciada
ya a un paso de ahorcarse
le sembró esperanzas en el corazón,
y ella entre lujuria, gemido y pasión
tiró a la basura su plan de ultimarse.

VIII
Tan pragmático señor (opino…)
que tan sólo dio amor y consuelo,
¿se merece un lugar en el cielo
por sus tantos favores rendidos?

IX
Ya están celebrando
miles de angelitas…
pues sobre el tapiz que modela el celaje
se escucha el ¨fru-fru¨ de todas las alitas
rompiendo el silencio del níveo paisaje.

X
Vaivenes,
risitas,
miradas brillantes,
murmurio incesante…

Pensante,
ya las barbas se rasca el Supremo
ante la llegada de tal personaje,
pues teme demande fragoso espionaje

¡tener que alojar a un donjuán en el Cielo …!



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Archivo /2009

del

Libro de
las últimas palabras

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domingo, 19 de septiembre de 2010

Vivir. Por Noelia.

¿De qué sirve ese anhelado desahogo
que noche tras noche, en desvelo
como un sueño detenido
asecha la pesadumbre de mi cuerpo
que va desvaneciéndose en vida?

Me eliminé de la competencia de raíz.
Ante la impotencia de verle la espalda
a eso que parecía no tener final.
Desesperante como sentirse solo a penas despertás.
Solo, sumergido en el mundo.
Descolgado, del resto de las personas.
Sordo, al murmullo que se mete en tus oídos,
tan aborrecible e imposible de escuchar.
Porque es desgarradora la unión entre el silencio y la soledad,
y perdemos el equilibrio y toda razón que alguna vez llegamos a tener.
Mirá ahora la lluvia, ¿la ves?
Sentí cómo te moja el pelo,
cómo se te pega a la cara.
Escuchá cómo suena cuando cae en la tierra.
Tocá el barro que te ensució la ropa. LLorá.
Pero… remové cada uno de tus huesos de ese charco,
juntalos uno por uno, y volvé a armarte
con la actitud necesaria para ayudar a armar a alguien más.
Es el mismo valor que necesitaste antes para ser feliz,
con la diferencia de que ahora,
lo único que hay que hacer, es seguir de pie.
Porque no querés sentir más la tierra mojada.
No querés ahogarte más con eso que emana de tu alma
y parece estar pudriéndose.
Querés ver la lluvia.
Y no nadar más en tus lágrimas,
volver a caminar sin miedo,
sin temor a un día hacerte polvo y volar con el aire.
¿Habrá sido ése, cuando se esfumó la armonía,
el día que estuve a punto de morir?
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jueves, 16 de septiembre de 2010

TALLER ABIERTO SEPTIEMBRE 2010

Como ya todos saben una vez por mes publicamos el trabajo de nuestras visitas.
En este caso nos visitan Lydia Raquel Pistagnesi y Daniel ivan caravedo Ayasca
A continuación encontrarán una pequeña reseña de cada uno, luego, para leer sus textos, cliqueen "leer mas".

Lydia Raquel Pistagnesi nació en 1.956. Es de Banfield, Buenos Aires, Argentina. En su blog http://poemasdelydiaraquelpistagnesi.blogspot.com/ podremos encontrar: Poemas, los libros de Lydia Raquel Pistagnesi: Eres el paisaje que se adentró en mi sangre... El grito que acompaña mis silencios... La mirada que se esfuma en el crepúsculo cuando asoman las lágrimas. Hoy nos regala su texto: Reflexión.

Daniel nos cuenta que: Hola! Mi nombre es Daniel, firmo en la web siempre como dIcSoCiablE, un seudonimo de lo mas curioso que engloba las tres primeras iniciales de mi nombre y que suena muy parecido a la palabra disociable, que es el adjetivo que se suele utilizar en psicologia para referir a un tipo de personalidad, que guarda ciertas semejanzas con la mia.
Pueden visitar su blog: Larga zona
Hoy nos regala su texto: Suceso


Reflexión por Lydia Raquel Pistagnesi

Mas allá, existe un ser capas de explicarnos el porque giran los planetas y las experiencias se repiten a lo largo de los siglos del horizonte, donde la esperanza no existe y la memoria nos acosa.

Es el mismo ser que baraja los naipes y nos entrega siete a cada uno de nosotros.
Siete son los caminos a seguir, con ellos forjamos nuestro destino y cincelamos nuestra vida.

Somos los unidos alfareros de nuestros triunfos y fracasos. Nadie nos empuja al precipicio ni nos regala la felicidad.

Caminantes de lo incierto, el sufrimiento nos purifica o nos separa de la realidad. Somos capaces de amar hasta el delirio u odiar hasta la locura para caer sin quererlo en el oscuro hueco de la indiferencia .

En ese brevísimo instante, cuando ese fondo nos alcanza, tenemos la energía para mirar hacia la tenue luz que asoma desde un exilio de oscuridades.

Entonces comprendemos la importancia de regalar una caricia, a esa lágrima que escapa desde el vórtice del misterio y se acerca a nosotros mendigando una sonrisa



Suceso por Daniel ivan caravedo ayasca


Suenan pasos a la distancia, el sonido de los tacos de mi madre se escuchan, clap clap clap, y a su costado estan mis pasos.
Mi madre me dice con la ternura que la caracteriza: “Esperame aquí, no tardare mucho” y yo me quede ahí esperando, contando los segundos hasta que ella volviera, escuchaba el sonido de sus tacos alejarse sumergirse dentro de ese gran bullicio de voces y pasos, siento la brisa en mi cara y escucho un “splash” que provoca un silencio perturbador. Es como cuando tienes miedo y un viento frio recorre tu espalda.
Yo empiezo a dar unos pasos y empiezo a murmurar, se pueden seguir escuchando pasos y voces nadie se ha detenido, nadie se ha inmutado por aquel sonido Las palabras salen de mi boca como un balbuceo incesante.
“Su cabeza esta alejada de su cuerpo, puedo ver sus ojos mirar su cuerpo esta destrozado, es como cuando aplastas la plastilina y sale por las ranuras entre tus dedos, me pregunto ¿acaso le habrá dolido?, ¿acaso habrá sufrido?, se pueden ver en sus ojos abiertos que no ha sufrido, tiene una expresión de sorpresa que hace maravillosa esta escena, me vuelo a preguntar ¿Por que nadie hace algo?, ¿Por qué nadie lo cubre?, ¿Por qué nadie la detiene de su lento caer? Resbalándose en su propia sangre, cual niño en un tobogan, ¿acaso esperan a que lo haga yo? “
Camino con miedo, paso a paso, me acerco a donde yace el muerto, respiro hondo y me acerco a verlo con mas detenimiento, acerco mi dedo aun con temor, los pensamientos invaden a mi cabeza “si lo toco se moverá” , siento una intensidad y angustia, mi cuerpo se vuelve pesado y puedo sentir como el tiempo se ralentiza a mi alrededor. Acerco mi dedo lentamente
El sonido de los tacos, clap clap clap, vuelven a acercarse, pone una mano sobre mi hombro y con su voz cariñosa me vuelve a decir “vámonos”.

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domingo, 12 de septiembre de 2010

Tres Veces Nueve por Lisandro

Pocas veces me ha sucedido
tomar una lapicera y querer escribir
sin saber como encarar tema alguno
y más en cuestiones del sentir,
con demasiadas cosas por decir.
Hoy es día clave para recordar,
hace ya un año que él no está,
se esfumó la presencia terrenal
pero sigue el recuerdo
de aquellos que están lejanos
pero que no nos son ajenos.




Nono, sabes que se anuda la garganta,
que el pecho oprime y se lastima,
que se pierden lagrimas,
que se siente vacío en el alma,
que te nombramos y se presenta
la nostalgia…
Pero igual se sonríe… sonreímos
por lo que nos dejaste.
Legados de experiencias
amurallados en la conciencia
de saber que viviste,
que te conocimos,
que te hiciste parte de cada corazón
y que aunque por un tiempo
no entramos en razón
hoy aceptamos las leyes
regidas por la naturaleza.
La vida es vida
y las condiciones de todo ser humano
tienen que ser cumplidas.
Que es injusta, lo dijimos,
que es tirana, lo decretamos
en el momento de despedida.
No nos explicamos
la falta de presencia sobre la mesa
en toda reunión familiar
el decir Godoy
y aceptar que no estarás
en la puerta, impaciente,
esperando la llegada de cada integrante.



De padre inmigrante,
de madre criolla,
de un paso doble,
de un tango llorón.
De un pueblo poco habitado,
de una casa alta,
de anécdotas ricas,
de los asados costumbristas.
Las boinas siguen colgadas,
tus rosas plantadas, hoy marchitas.
De la juventud en la marina,
de la caracterizada rebeldía,
de los cigarros armados,
de tus silencios sabios,
de tus frases sencillas y justas.
De tu biblioteca con enciclopedias.
De los cumpleaños y fiestas,
de tus bromas dispuestas,
de esa carcajada particular,
de esa mirada que hoy sigue
observando mi interior,
ojos caídos por los años
delatando tus experiencias
en el brillo nostálgico y pícaro,
De tu quinta y del cantar de tus pájaros,
de las únicas ocurrencias
que a nosotros, familia, no nos ocurría.
De tu generosidad,
de tu lento andar,
de tu lugar en ese banco,
de la pose en la silla
buscando la comodidad.
Hombre franco, de principios
de caprichos, de verdad.


Tus palabras se decretaron:
en tu casa naciste
y en ella te fuiste.
Tiempo antes dijiste
que iba a hacer en un día especial.
Quizás la sugestión me pueda.
Tres veces nueve hoy quedan
en tus palabras y en mi escuchar.
Pero más me quedan
en los enredos de mi conciencia
los recuerdos ya mencionados
y el saber que siempre vas a estar.
Si me reprocho a mi mismo
es no haber dicho cuanto te quería.
Hoy resalto lo mucho que TE QUIERO
y con nostálgica sonrisa
el saber que no te voy a olvidar.
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miércoles, 8 de septiembre de 2010

ENCUENTROS FUGACES por Carla



Era sábado, la noche llegó rápidamente. El aire era espeso. Las estrellas no se veían en el cielo tan oscuro.
La vi llegar, me di cuenta de lejos, pues llevaba el tapado rojo. Iluminaba la noche con su cabello rubio.


- Hola Claudia.
- Hola Manuel.
- ¿Hace mucho que me esperabas?
Le mentí, le dije que no.
Otra noche, otro encuentro fugaz.
¿Por qué no me quería? ¿Por qué? ¿Era tan difícil amarme? ¿Era tan difícil?
Si al final estaba conmigo. Siempre respondía que sí a mis invitaciones. Pero en realidad nunca estaba presente…
Era solo algo casual, pero yo quería más. Quería ser su novio, casarme con ella, tener una vida juntos. Quería que fuera mía, sólo mía. Entonces le pregunte:
- Claudia, ¿soy el único en tu vida?
- Ya lo hablamos Manuel, infinidad de veces…
- ¡Pero quiero aclararlo de una vez por todas!
- Pero ya me mataste Manuel, infinidad de veces…
- Te maté porque eras mía.
- Me mataste, pero aún así, seguimos hablando de lo mismo.
- Es que no me decís si sos mía.
- Dejame ir Manuel… dejame ir…

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viernes, 3 de septiembre de 2010

EL VIUDO SOLITARIO, por SIL


Eleuterio Paz era un hombre común, conocido en su barrio con el mote de ¨el viudo solitario¨.


Se ganaba la vida dando clases de Medicina Forense en la Universidad Pública. Era un tipo tan metódico como previsible y sus días transcurrían mansamente.

De lunes a viernes salía muy temprano a la mañana y volvía al caer el sol. Los martes (exclusivamente los martes), antes de comenzar el horario de clases, dejaba una bolsa conteniendo un juego de sábanas de seda amarilla y una toalla de hilado muy suave color coral intenso en la lavandería de la calle General Roca al 1200. Al terminar la jornada laboral, casi rayando el atardecer, retiraba el bolsón con la ropa lavada y perfumada, compraba 15 rosas amarillas en una florería que le quedaba de paso y buscaba su vianda en el restaurante de siempre. Entraba a su casa, iba al dormitorio, tendía prolijamente la cama de 2 plazas, ponía agua en un jarrón, acomodaba las rosas en la mesita de luz del lado izquierdo y guardaba la toalla en el cajón de la mesita de luz del lado derecho. Culminada esta faena, cerraba la puerta de su dormitorio.
Hacía más de 10 años que repetía sistemáticamente estos quehaceres y, una vez terminadas sus rutinarias tareas, cenaba frugalmente con la mirada clavada en el aparato de televisión. Las luces y los ruidos de la casa desaparecían exactamente a las 21,30.-

El fantasma de su esposa lo visitaba desde hacía 15 años todos los miércoles de 22 a 24. Se colaba por la ventana o por la cerradura del dormitorio, se mezclaba silenciosamente entre las frías sábanas de seda de tonos amarillos (su color favorito) tumbándose con etéreo movimiento en el lado izquierdo de la cama. Nunca faltaba en la mesita de luz de la siniestra, junto al retrato de la difunta, un ramo de flores amarillas que ella contemplaba con adoración mientras sonreía dulcemente. Eleuterio Paz había renunciado a yacer con otra mujer desde que había quedado viudo, y disfrutaba de esa singular relación post mórtem que el destino le había deparado.
Ella conservaba sus delicados rasgos y siempre acudía desnuda, perpetuando el aspecto de aquél día que muriera a la edad de 42 años sobre la camilla del quirófano en el hospital local, por causa de una peritonitis aguda. Él suponía que no había envejecido mucho desde aquel acontecimiento, pero el tema no le causaba demasiada preocupación, dado que ese detalle no afectaba las maravillosas veladas nocturnas que compartía con su esposa.

Pero (Nobleza me obligaba a plantear algún ¨pero¨), como todos sabemos, no existen las relaciones perfectas...

Por un equívoco, se presume involuntario, el fantasma de su hermosa vecina (muerta accidentalmente 17 años atrás debajo de la ducha- desnuda y mojada- en su cumpleaños número 21, por causa de una descarga eléctrica provocada en una falla del sistema de seguridad del edificio), ingresó por la ventana de la habitación de Eleuterio Paz la noche del miércoles (¡creyendo que era jueves!) justo en el mismo momento en que el fantasma de su esposa se colaba por la cerradura de la puerta.

Después de contemplar el indignante cuadro e ignorar las explicaciones que trataban de articular su infiel marido y el fantasma de su hermosa vecina -cuya pálida desnudez estaba cubierta por su larga cabellera mojada y una toalla de suave hilado color coral intenso- (su color favorito), la ultrajada cónyuge arrojó contra de un espejo -que no la reflejaba- el vidrio que sostenía su retrato- símbolo de unión y armonía eternas de su matrimonio-, haciendo añicos el vínculo sagrado y partiendo para nunca más regresar a los placeres del lecho conyugal.

A pesar de tanto griterío y cristales rotos, Eleuterio Paz no tardó mucho en reponerse de aquel desagradable episodio. Para éso, tomó algunas medidas resolutivas: barrió el piso de mármol de su habitación, se deshizo de todas las esquirlas, archivó el portarretrato de su esposa, no volvió a pasar por la florería, regaló las viejas sábanas de seda amarilla y las reemplazó por un flamante juego de sábanas de seda color coral intenso.

Desde entonces, repite cada martes la doble visita a la lavandería en los habituales horarios, concurre al cine todos los miércoles de 22 a 24 y luego regresa a su casa para echarse a dormir plácidamente.

El fantasma de su hermosa vecina lo sigue visitando (cumpliendo rigurosamente la rutina de los últimos 17 años) todos los jueves de 22 a 24, y muy excepcionalmente algún que otro miércoles, si el cine no ofrece una película demasiado interesante…



FIN

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SIL

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martes, 31 de agosto de 2010

Hasta que vuelva a llover. Por Noelia.

No sabemos bien de donde venimos, ni cuando vamos a dejar de existir; Pero si de algo estoy segura, es de querer estar a tu lado mientras recuerde qué fue vivir. Te amo Rami.

Hasta que vuelva a llover

voy a revivir los besos y las veces que nos amamos.

Cada te quiero y cada vez que estuvimos juntos tocando el cielo.

Todas las emociones que día a día me hacés sentir,

y cada latido acelerado gracias a tu presencia,

a una gota de mar,

a un llamado.

Tu voz.

Mi espera.

Hasta que vuelva a salir el sol

te voy a pensar.

Te voy a recordar

intacto tal cuál la última vez,

tal cuál la primera.

Sintiéndote cerca y acariciando el sueño,

bendito sueño que me lleve a vos

para poder acompañarte cuando sea necesario.

Hasta que vuelva la luna a brillar,

la voy a acariciar con la yema de los dedos,

animándola a hacerse ver,

a que reine en la noche,

como la vimos tantas veces

y fue testigo de momentos inolvidables.

Hasta que vuelva a despertar, te voy a anhelar…

Después te voy a amar más.

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