lunes, 28 de marzo de 2011

PLEGARIAS DE MARZO, por SIL


¨En el otoño de mi vida
la luna no tiene manchas,
y sin embargo...¨
Kobayashi Issa
________________
El otoño pincela las plazas
con sus áureas pátinas de brillo
y en un sueño se vuelve mi casa
misceláneo crisol de amarillos.

Ya las hojas vuelan al olvido
como gemas de valor dudoso
y despojan del verde vestido
a los álamos esplendorosos.

Yo sé bien que desoye mi rezo
de ser brisa suavísima y lenta,
como aquella que atrajo tu beso
a mi boca indecisa y sedienta;

y de vuelta, lo arrastró celosa
a tus labios ¡quién sabe el destino!
despojado de todas las rosas,
con presagios de morir de frío.

El otoño es un pájaro herido
sabedor de cuitas y pecados,
que alimenta su débil latido
con mis lágrimas, empecinado

en quebrar mi coraza de argento,
y volverme una sombra alienada
que te abraza (como abraza al viento)
con su duende de risa apagada.

Y aún así, me entrego a la quimera
(profanando el empellón del frío)
de ser rama desnuda que espera
renacer con el blasón tardío,
al aguardo de tu primavera.

¡Si supieras
cuánto anhela tu lluvia mi tierra,
ganarías todo en esta guerra!
Si leyeras
estos versos (¿los leerás?) ¡quién sabe!
quemarías conmigo tus naves.
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jueves, 24 de marzo de 2011

Libres De Ser.- Por Noelia.

Despertaré sin saber que t espero, como un día normal, hasta saber que....
Shhhh..... (Silencio.)
Que las almas de historias pasadas están desveladas y escuchan desde los rincones,
hablan de noche y no me dejan dormir en paz,
me poseen de a ratos y me permiten retornar a esta vida cuando se quieren reir de mi;
Porque saben que camino sin saber a dónde,
porque conocen hasta los secretos que de tanto guardar olvido,
porque son el reflejo del alma pura,
sin mentiras ni pudores,
sin recaudos,
sin angustias,
sin presiones...

Libres de ser. Leer más...

sábado, 19 de marzo de 2011

LA VECINA por Carla

Lo único que quería era ser su amiga, ayudarla a tener una vida mejor, pero ella no quería, me miraba indiferente.
En las reuniones de la escuela, siempre me acercaba a hablarle, le recomendaba un corte de cabello más moderno, así como el mío, rubio platinado. Y sólo me miraba, ni una palabra.
Vivíamos enfrente, en la mañana, cuando la veía salir a hacer los mandados, me cruzaba y le mostraba mis jeans nuevos y mis zapatos de Ricky Sarkany. Ella se lo tomaba a mal, no entendía que lo hacía por su bien, era peor que le dijera que ésta era la ropa que tenía que usar y no esas camisas del año ’80.


A la siesta, ella barría la vereda y yo aprovechaba para ir al gym. Le decía: -Animáte, Margarita, busquemos un personal trainer, así bajas esos quilitos de mas.
Ella se enojaba, y eso que yo hacia de todo para incentivarla. Cada tarde me ponía un top que marcara mi cintura y unas calzas bien ajustadas.
Lo hacia todo por ella, así al ver mi cuerpo esbelto y trabajado se animaba a ejercitarse.
Hasta que un día me canse, me trató súper mal.
Yo la veía a ella, pobrecita, sin ni siquiera poder lucir unas lolas sexys como las mías. Entonces decidí, como prueba de mi cariño, entregarle mi secreto mas preciado, el numero de teléfono de mi cirujano plástico, para que hiciera como yo, se operara las lolas y se aseguraba el matrimonio.
La tarde en que me acerque, espere a que estuviera charlando con las otras chusmas de barrio mientras baldeaba la vereda. Buscaba un efecto shock, algo que la hiciera despertar de esa vida espantosa que tenía, y entonces le dije: -Margarita, no sabes lo que dicen en el barrio, que tu marido te engaña, con una chica re pechugona. ¿Viste Margarita?, eso por ser tan dejada, pero yo te lo soluciono chiquita- Y justo cuando le decía que confiara en mi, Margarita levanto un balde lleno de agua y me empapó de la cabeza a los pies.
¡No lo podía creer! Con todo lo que intente hacer por ella, pero me dije ¡Basta! Era una salvaje, no merecía mis consejos.
Ahora ocupo las tardes en mi, me tomo un tecito en el jardín de invierno, le compro ropa nueva a mi caniche toy, me ejercito…
Pero hay días que me acerco a la ventana, y la veo con las otras vecinas riéndose a carcajadas.
Y me pregunto ¿de que se ríen?, ¿por que parecen tan felices? ¿Por qué nunca quiso ser mi amiga?


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martes, 15 de marzo de 2011

TALLER ABIERTO MARZO 2011

Como ya todos saben una vez por mes publicamos el trabajo de nuestras visitas.
En este caso nos visita Javier Andrés Daza.
A continuación encontrarán una pequeña reseña del escritor, luego, para leer su texto, cliqueen "leer mas".

Javier Andrés Daza es de Bogotá. Aunque estudia ramas afines a la ciencia y la tecnología, le gusta mucho el arte y la literatura. Descubrió su gusto por la escritura, haciendo una tarea en el colegio. Entonces comenzó a gustarle mucho la lectura y la escritura. Desde entonces ha participado tres veces en el Concurso Nacional de Cuento, quedando una vez como finalista. Le gusta escribir porque siente que su mente se puede ir a lugares que normalemnte no alcanzaría y es como dice una frase suya: "hay millones de historias, yo soy una y mil más".
Pueden visitar su blog en Veré que puedo hacer



HISTORIA DE UN ASESINO por Javier Andrés Daza
Esta es la historia de un asesino cuya personalidad tenía más defectos que valores. Su nombre era Enrique y en sus prioridades no estaba el comprender acerca de este tema. Él simplemente era un hombre a quien le gustaba la soledad y tanta gente le repugnaba así que prefería no mirarlos. Sin embargo, para llevar una vida normal es imposible vivir aislado de los hombres; si así fuese, iría en contra de la normalidad natural de la vida. Enrique mataba siempre a quien encontraba su mirada.
Cuando era niño, no tenía amigos y en cambio golpeaba a compañeros, vecinos y desconocidos (una que otra niña sufrió por sus agresiones tormentosas). Su padre entonces lo castigaba muy fuerte.
-Muérete –le gritaba entonces a su padre luego de cada golpiza-. ¡Tú mataste a mi mamá!
-Hijo: no digas tonterías, yo no la maté –decía su padre con sinceridad y tristeza que salían de lo más profundo de su corazón lagrimeado.
Su historia comenzó al mismo tiempo que su adolescencia. Una tarde salió a caminar por las calles del pueblo y vio una joven campesina con su cabello negro trenzado, su falda larga y colorida que sobresaltaba, a pesar de su frondosidad, sus caderas anchas que sostenían una cintura que asomaba un ombligo provocativo y sensual; sus hombros rosados por el sol pronunciaban la decencia y delicadeza de la señorita, y su rostro, a pesar de la sombra de su sombrero, dejaba ver la silueta tierna y bella de sus facciones. Ella también lo vio, pero la mirada que le dirigió a Enrique –la única que penetraría sus profundas pupilas-, totalmente contrario a él, llevo consigo otro sentimiento: repugnancia. Así, Enrique, comprobó una vez más que su odio hacia el resto de los hombres era inevitable.
A partir de ese cruel instante, su visión acerca de la humanidad cambió y decidió no tenerla cerca. Se acercó lentamente a la joven mientras admiraba más su hermosura. Le agarró el cuello y alcanzó a levantarla varios centímetros del suelo. Para ser tan delgado, Enrique era muy fuerte. Sosteniéndola en el aire, brevemente la lanzó hacia el suelo con muchísima energía y le dio tantos golpes a lo largo de todo su cuerpo que su muerte, según se sabría después, se debió a estancamiento en las vías circulatorias. Su piel blanca quedo hinchada y oscura y su perfecto cuerpo fue deformado con tumores y huecos. Huyó en menos de un minuto y varias horas más tarde, ya de noche encontraron el cadáver aunque nadie sabía quién ni por qué habían matado la hija del juez.
Pasaron algunos años y asimismo el número de asesinatos. Habían incrementado en un trescientos por ciento y cada muerte era diferente a la anterior, desde armas de fuego, cuchillos (grandes, pequeños, anchos, delgados, encorvados, rectos, con filo en la punta, doble filo, etc.), golpes, asfixias, hasta quemados y tritura de cuerpos. ¿Quién era el autor? Por supuesto, Enrique. Pero nadie, en la investigación logro señalarlo.
Sucedía que siempre Enrique caminaba por las calles y no miraba a nadie… Pero rara vez levantaba su vista y si se daba cuenta que alguien lo estaba viendo a los ojos (¡qué destino tan trágico y sangriento el que desafortunadamente le espera!), entonces él lo mataba con una de sus innumerables técnicas que parecían ser infinitas. Tal vez si mientras caminaba no hubiera escondido sus ojos, hubiera visto a todos los que caminaban también y se hubiera percatado que lo miraban más de lo que creía, las muertes serían diez o más veces numerosas y sus formas de muerte, quizás, ya no parecerían infinitas. Enrique fue el mayor asesino que conoció el pueblo en su historia. En sólo tres años la Muerte recibió quince mil nuevas víctimas.
Las investigaciones profundizaron en las víctimas, quiénes eran los muertos, cómo habían muerto, qué hacían justo en el momento de su muerte, dónde habían caído. Por encargo del juez hicieron lo mismo con cada una de los fallecidos y relacionaron todo acerca de ellos, las escenas del crimen, las semejanzas en los diferentes aspectos analizados, las familias, todo. Una investigación excelente, sin lugar a dudas. Pero aún así descubrir el asesino era muy difícil.
Cuando pudieron descubrir a Enrique, prepararon la mejor estrategia que pudieron crear para capturarlo. Una noche, lo encerraron en un callejón más de diez oficiales y soldados. Se echó en el suelo como resignado, de rodillas en un charco y el mentón en el pecho mientras todos le apuntaban y el jefe le ordenaba que se diera por arrestado y le enunciaba sus derechos como criminal. Enrique no levantaba su mirada y justo cuando el grupo pensó que se daría por vencido, los miró a los ojos y dejo rodar un disco explosivo que devastó a los hombres en segundos. Corrió y salvó su vida algún tiempo, no más.
Pero su final estaba muy cerca y, de hecho, fue rápido. El juez había cambiado las órdenes:
-¡Mátenlo!
Quería tener el cuerpo de Enrique para encargarse él, personalmente, de la venganza por su hija y del castigo por sus sangrientos actos. Pero, ahora, comprendida la angustia de los habitantes, optó por la eficacia.
El cuerpo del ejército, leal como ningún otro, servicial y entregado al honor y al pueblo igual que a sus familias, luchadores hasta la muerte, defensores de las leyes y la paz, capacitados para cualquier tarea, como un ejército casi perfecto de humanos que estaban por encima de las dimensiones normales de cualquier hombre, preparó una emboscada sin posibilidad alguna de error.
Con la luna en el cenit, en casa de Enrique, con la ayuda de su padre (al que le habían mentido afirmando que sólo lo arrestarían, para lo cual, requerían, por facilidad, el sueño de Enrique), que había conseguido que durmiera toda la noche, un pelotón desalojó el lugar sacando al padre del hogar y obligándolo a dejar a su hijo dormido y encerrado a merced de los soldados. A unas varias decenas de metros, los soldados empezaron el fuego. Mientras brotaban de los ojos del padre lágrimas que hundirían el pueblo si no se secaran al deslizarse, las armas rugían desgarrando bombas y cañones sobre los muros incandescentes que habrían de caer sobre el cuerpo de Enrique quemándolo y aplastándolo.
En esos últimos instantes, Enrique recordaba, o más bien recitaba aquél cuento, del mismo autor que esta historia, que, en su época bohemia, leyó y le causó gran admiración porque pensaba que esa era la mejor forma en que debería finalizar su existencia:
El reloj, segundo a segundo que me arranca de la vida para dar cuerda a sus engranajes que dictan una hora que no existe, un invento más del hombre, con su cruel tuc cada sesentava parte de minuto, me obliga a pensar en sincronía con él:
-Mal-di-to-re-loj-me-es-tás-ma-tan-do-con-ca-da-se-gun-do-que-pa-sas... Es-to-nun-ca-a-ca-ba-rá-¿ver-dad?
Y en mis últimos instantes de agonía, el reloj despiadado que no se detendrá nunca, con sus agujas como espinas envenenadas con cicuta, que en cada segundo desgarran de mi ser la vida misma, me dice al ritmo de su tuc bien medido, como sin sentimientos, con la misma frialdad del invierno y con la superioridad que le regala la eternidad que podría matar su cuerpo pero jamás el tiempo que lo gobierna, las últimas sílabas que escucharé en este mundo:
-Es-el-fin... No-soy-tu-yo-;e-res-mío.
La descarga duró menos de un minuto, pero los escombros parecían de una guerra mundial. En la mañana, la noticia fue confirmada: Enrique había muerto. Sus restos fueron dados a disposición de su padre quien, desconcertado, triste, lleno de odio y dolor, deprimido, rencoroso y arrepentido, lo regaló a la plaza central para que todos vieran en lo que habían transformado a su hijo.
Tal vez, merecía morir. Aunque no debo juzgar ¿Pero merecía hacerlo de esa forma?...Recuerdo el final de su obituario: “(…) el fuego en su cuerpo fueron las agujas del reloj que lo mató”.
Esta es la historia del hijo de Enrique. Él mismo me pidió el favor de contarla. Enrique, y por tanto su hijo, era un sobreviviente de la guerra cruel e injusta. Su esposa había sido fusilada con el rifle en su cabeza mientras él se escondía con Enriquito para protegerlo y éste enceguecía al ver la muerte entrarle por los ojos. Cuando creció, no pudo ser indiferente a su pasado y jamás comprendió que el mundo está lleno de diferentes actitudes.

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viernes, 11 de marzo de 2011

Puntos suspensivos por Lisandro




Se estremece la tinta sobre el papel
una lagrima cae y corre como la hiel.
Es que no estás, y esto no da para más.
Intolerable, arduo silencio… no estás.

Y sé lo que quiero de esta poesía,
convertir en idilio, a la amarga elegía.
Pero al ser horrible, me es imposible
embellecer con letras… lo horrible.

Maldiciones al suspiro del viento
me quita las ganas con su lamento.
Y con la mirada no encuentro nada.
Arde sobre las ilusiones… la mirada.

Porque son mis ansias de encontrar
para poder, con rigor, mis ideas calmar
Y clamarle al viento por recordarle
los recuerdos ingratos…y clamarle.

Este camino se me hace pesado
mas toda la culpa es del pasado.
Porque mentí una vez por aquello que sentí
y perdí dos veces el sentir… porque mentí.


Hoy imploro con velas al destino
tropezar con lo perdido sobre el camino.
Continúo con valor, pero sigo con dolor
sobre el camino de piedras… con valor.

Interrumpo mis plegarias ante los versos
y les doy rienda suelta a los secretos.
Aquello que busco, como un loco brusco
esta frente a mí… aquello que busco.

Aquello que buscaba, lo tengo en mis manos
pero no les diré nada, mis queridos hermanos.
No habrá puntos suspensivos, ni quiero ser ofensivo.
No daré fin a la poesía… puntos suspensivos...
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lunes, 7 de marzo de 2011

LA MEMORIA por Susana

Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos.

Jorge Luis Borges


Soy yo y mi memoria.
¿Que puede ser más persistente,
mas astuta mas vehemente
si esta alojada en los escondrijos rebuscados de mi mente?

Soy yo y mi memoria.
¿Quien puede echarla de mi lado
trasladarla a algún prado,
con engaños, matarla
y en un pedazo de lienzo enterrarla?

No se oculta, no se rinde,
no se escapa no se muere
no se mata no se cansa de mi casa,
ni de recuerdos inertes, no se cambia.

Se declara intransigente,
se regodea tenaz y se yergue primordial
hasta que me lleve la muerte.
Memoria que ni en la muerte, mueres….
Que terca eres….que terca eres…

Somos yo, y mi memoria
que se pasea preñada de tu infamia vertida.
Esperando por un parto que no llegará jamás.
Casi que debería por ella, sentir piedad…

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jueves, 3 de marzo de 2011

ENSAYO-ERROR-ENSAYO-ETC... por SIL



Lo que leerán a continuación, pertenece al Archivo 2010 del Libro de Las últimas palabras.
:)
A falta de nuevas musas, viene bien sacudirle el polvo a las viejas
...
(musas...)




ENSAYOS CON POESÍA ABSTRACTA:



DESARROLLO Y OBSERVACIONES:


Tras innúmeros y frustrados intentos concretos de plasmar versos abstractos, decidí renunciar a tal labor y resignada a éllo, me he conformado componiendo un poema que abusa de los sustantivos ABSTRACTOS, motivada por una frase maravillosa y célebre, a saber:

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¨Lo esencial es invisible a los ojos¨
Antoine de Saint-Exupéry
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No me conmueve el fulgor de tus ojos.
Ni la diablura de tus manos de seda.
Ni la bravura de tus dos labios rojos.
Ni la dulzura de tu lengua hechicera.
...
Ni la lisura de tu espalda esculpida.
Ni la finura de tus hombros preciosos.
Ni la fiereza de tus piernas bravías.
Ni la firmeza de tus muslos rijosos.
...
Ni la ignición de tu cuerpo exquisito.
Ni la pasión de tu ritmo infernal.
Ni la efusión de tu pelo infinito.
Ni el esplendor de tu garbo fatal.
...
Tan sólo adoro tu luz, que me salva.
Tu dignidad, que me envuelve sin prisa.
La sanación que he encontrado en tu alma.
La claridad que desprende tu risa.
...¡Y sólo quiero!
Lo que es invisible.
Lo que el decurso del tiempo no irrita.
Lo que la pérfida muerte no quita.
Lo que te habita:
tu aura intangible.
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___________
_____
_
.




¿Estoy teniendo una equívoca intuición, o en este preciso momento alguien está mirando el escote de Mónica...?




¡Chicas,
no olviden la cita de don Antoine de Saint-Exupéry!
(Arriba, a la derecha..., en azul.)



¡Ey!
El amor era ciego, espiritual, no importaba a los ojos;
ni los ojos...



NO miren más la foto, canejo!!
Lean ésto:
En teoría, en el poema habíamos arribado
a la conclusión de que
nada
de lo que se VE aquí era esencial.

Hace dos minutos de ésto.
(Menos de dos minutos...)

¡ Al que le esté clavando el ojo al número diez le pongo un cero!



Me rindo...


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BACKSTAGE:

ENSAYOS FALLIDOS DE POESÍA ABSTRACTA:

El segundo ejercicio que he realizado, consistió en tomar de la dialéctica popular varias frases inspiradoras y escribir a partir de ellas, su ¨versión abstracta¨.



A continuación, les presentaré en:
LETRAS ROJAS
la frase disparadora y en
LETRAS AZULES
los versos que las mismas inspiraron.


1)
¨Trabaja menos que los Reyes Magos,
que lo hacen una vez al año, y encima es mentira.¨
*
En la marcha cansina
de su exótica deidad
tres diademas al corral,
falacia y holgazanía.

2)
¨ Tiene más sueño que un oso en invierno
y con sobredosis de Valium.¨

Sopor. Silencio.Letargo.
Cuida Morfeo al gigante
morfinómano y errante
en este invierno tan largo.

3)
¨Es tan viejo que en lugar de espermatozoides
tiene espermatozauros.¨

La semilla del geronto rendido
ya no puede asperjar,
sólo puede aspirar
a reptar con el fósil extinguido.

4)
¨Era tan tacaño, que cuando murió su esposa
se casó con la cuñada para ahorrarse la suegra.¨
*
Sobre la ruin mezquindad yace un ángel grotesco.
Acicalado de muerte une el lazo fraterno
y en tálamo ataviado con gasas del averno,
amparando al culpable, ahorra un parentesco.

5)
¨Era tan feo que los ratones le comieron
el documento y dejaron la foto.¨

Retrato disforme.Alimento indeseado.
Los roedores desmenuzan remanentes.
En la huída se cruzan, corren bravos y urgentes
y la imagen se queda cual despojo abandonado.

6)
¨Era tan avaro que prestaba atención
con muchísimo interés.¨
*
Al abuso de la usura, la premura.
En el uso del oído, el secreto.
Con obtuso y cuidado discreto
garantiza la victoria segura.

7)
¨Es más aburrido que choque de tortugas.¨

Y ocurrió la letárgica colisión.
Ni las protagonistas se enteraron.
Dos placas de carey que continuaron
la marcha sin acusar desazón…
(ni al corredor de seguros llamaron)

8)
¨Es más inútil que limpia-parabrisas de submarino. ¨
*
Se ríe Poseidón.
¿Como querés que no se ría?
A tal epigrama se unen Forcis y Glauco.
Nereo y Proteo gritan:
-¿Te creíste que era un auto?
Y las Nereidas suplican :
- ¡ Apagá esa porquería!



9)
"El que come y no convida,
tiene un sapo en la barriga"

Batallan la gula y la egolatría
en el mismo espacio.
Saciado en el vientre y con altanería
croa un estridente batracio.


10)
¨Más desubicado que inodoro en el living"


Se sume la letrina
en oscura desorientación,
pavura, confusión…
Más triste es todavía
el destino del sillón.

11)
"Y cómo hermana no tengo...///"

La ausencia fraterna
es en el alma oquedad,
y no puedo seguir con ésta
por pudor y por piedad.


12)
¨Es más difícil que hacerse gárgaras con talco.¨

Cof… Cof… Agggggggg…
Cof… Cof… Puajjjjjjjjjjj…

___________________________

CONCLUSIÓN:

DEL VERSO AL HECHO,
HAY LARGO TRECHO.

____________________

Esto terminó, podéis ir en paz...


:D


SIL






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