MALDICIÓN GITANA por Carla. Ilustaciones por Juan Pablo Milito

Las ilustraciones de mi cuento fueron hechas por Juan Pablo Milito. Pueden visitar su blog en: Arte de Historieta.
Para ver las imágenes mas grandes hagan clic en ellas.
Para leer el cuento hacen clic en leer mas.


MALDICIÓN GITANA:
“Todo lo que amas se te arrebatará”, fue lo último que le dijo aquel día de otoño en el que Juan la dejó.
Los ojos de Nuria irradiaban venganza, y su cara era de odio, un odio infinito que jamás había sentido.
Juan se alejo rápidamente, con las manos en los bolsillos para protegerlas del frio. Aunque la cara estaba totalmente transpirada, tenía miedo… Las gitanas le daban miedo. Se preguntaba una y otra vez, tendido en su cama, porque tuvo que enredarse justo con ella. Quizás por curiosidad, porque le llamaba la atención esa mundo, esa vida.
Pero sentía que estaba perdido…
- Seguro Nuria le contaría a su familia y ellos lo matarían, vendrían a buscarlo - pensaba.
- Los gitanos, malditos gitanos se repetía.
Y después recordó las palabras de Nuria, quizás lo había embrujado, intuía.
- No, esa perra no me va a cagar - decía mientras recorría una y otra vez la pieza de la pensión.
Estaba tenso, preocupado, nervioso. Juan sabía que tenía que hacer algo, que tenia que defender su vida, que ahora era él o ellos.
Entonces salió, tenía un plan: fue a comprar lo que necesitaba y a las cuatro de la mañana se dirigió al campamento de los gitanos.
Tiró kerosén en cada esquina, en cada auto, en las cortinas.
Y el ruido del fósforo raspando la cajita lo hizo sonreír.

Vio el fuego expandirse en las cuatro casas, se escondió detrás de un árbol. Sabía que debía correr, huir, pero no, él lo quería ver todo; Y escuchó los gritos, de niños y ancianos. Y el los veía extasiado de poder, maravillado, con una sonrisa oscura en su rostro.
-Putos, putos, púdranse todos – exclamaba- gitanos de mierda, pensaron que me iban a cagar, ¿eh? ¿eh?, ¡pero no!
Fue en ese momento cuando vio a Nuria, desesperada, tratando de ayudar a sacar a sus hermanos de las casas incendiadas. Y sus miradas se cruzaron, la gitana lo miró con furia y corrió hacia él.
- ¿Qué hiciste hijo de puta?, ¡¿Qué hiciste?! – gritaba la mujer.
- ¡Te gane de mano!, ¿eh? No te lo esperabas, ¿eh? ¿eh? – contestó Juan.
- Juan… ¿Por qué? ¿estas loco? –
- De la maldición, de la maldición, puta, puta – gritaba nervioso Juan.
- Sos un pobre hombre, fue solo para asustarte- Entre sollozos Nuria se derribó en el suelo.
- Mentirosa, mentirosa, ¿creías que me ibas a engañar? ¿eh? ¿eh? puta, gitana puta- Mientras decía esto, Juan tomo el fierro que había llevado para defenderse y comenzó a golpear con fuerza a Nuria.
La mató.
El escenario se tiño de sangre y fuego, de corridas y de sirenas.
Muchos gitanos murieron, otros habían quedado terriblemente heridos.
Cuando la policía llegó y encontró el cuerpo de Nuria, se topo también con Juan que extasiado gritaba y se reía: - ¡Los cagué! ¡Los cagué! ¡Yo lo cague!
Juan fue a la cárcel a cumplir una condena de veinticinco años, sus familiares y amigos le dieron la espalda, no podían consentir tremenda atrocidad. En toda su estadía, detrás de las rejas, nunca recibió visitas.
Con los años volvió a pensar en lo que le había dicho Nuria: “Todo lo que amas se te arrebatará”.
Dicen que las últimas palabras que se le oyeron pronunciar fueron: - Y me cagaste perra… Y te vengaste perra…